Jimena Barón dejó la casa de Daniel Osvaldo hace más de dos semanas, el mismo tiempo que él lleva de ausencia en los entrenamientos virtuales con su equipo Banfield. Ya no atiende los llamados por lo que el cuerpo técnico decidió separarlo del plantel.
Los ¿ex? pasaron una cuarentena particular, juntos, conviviendo bajo el mismo techo, para pasarla mejor y por pedido de su hijo en común, Morrison. Día a día crearon como un reality show en las historias de las redes titulada “Roberto y Mabel”, con el que los fanáticos de ambos se divertían y apoyaban su vuelta.
Pero todo cambió desde hace unas dos semanas atrás. Ambos dejaron de subir contenido a las redes sociales y lo primero que se especuló es una crisis entre ellos aunque el asunto podría ser más profundo.
Daniel se volcó a Instagram el 9 de julio y algunas historias pero nada referido a su convivencia familiar. Él muestra canciones que está escuchando, cerveza que toma y a su perro “Casi caniche”, como lo bautizó Barón.
Y lo más grave en este asunto es que dicha desaparición virtual de Osvaldo lo afectó a nivel laboral ya que obligó a Banfield, donde jugaba, a tomar una decisión importante sobre su futuro allí. Desde hace quince días el delantero no se presenta a los entrenamientos por Zoom y por ello el cuerpo técnico lo separó del plantel hasta nuevo aviso.
A eso se le suma que no atiende los llamados. Solo se sabe que Daniel argumentó que no está asistiendo a las prácticas debido a problemas personales.