La separación de Sabrina Rojas y Luciano Castro agarró por sorpresa al mundo del espectáculo, pero lo que más llamó la atención es la buena relación que existe entre ambos y lo rápido que “rehicieron” sus vidas con otras personas. Y la clave para ellos, según comentaron, fue la terapia de ex luego de separarse.
La actriz fue la primera en confirmar su romance con el Tucu López luego de que los fotografiaron abrazados y a los besos caminando por las calles de Buenos Aires. Sabrina confesó que está muy bien con su actual pareja, quien tiene una buena relación con el padre de sus hijos: Esperanza y Fausto Castro.
En tanto que la bomba fue cuando se supo que Luciano está en pareja con Flor Vigna. El actor y la bailarina se conocieron en el gimnasio y decidieron “dejarse llevar por lo que sentía”, y la gente del lugar los vio muy juntos y envió la información a Los Ángeles de la Mañana (ELtrece) y así quedó al descubierto esta relación.
Fue en el programa de Ángel de Brito donde dieron detalles de este amor, incluso fueron a buscarlos al lugar en el que ambos entrenan y se los vio muy enamorados.
Pero lo que fue una sorpresa para el común de la gente, no lo fue puertas adentro de la familia ensamblada que armaron Sabrina y Luciano. La clave para ellos es haber hecho terapia de ex, según reveló la actriz mendocina en diálogo con revista Gente.
“Hicimos terapia como ex pareja, luego de separarnos. Creo que lo que es maduro es la manera en la que nos separamos, porque lo único que pretendemos es el bien. A terapia recurrimos post relación”, comentó Rojas respecto a por qué se muestran unidos e incluso pudieron compartir una cena cada uno con sus nuevas parejas.
“Cuando sentimos que queríamos que se destrabaran cosas que no podíamos resolver, entendimos que estaba bueno sumar y hay gente que te ayuda”, explicó la actriz y se mostró conforme con la decisión que tomaron por el bien de su familia.
“A veces, no lo puede solucionar solo uno. Nos sirvió eso como recurso. Nosotros siempre tuvimos en claro que la idea era estar bien. Hablamos de cosas que no lográbamos entender. Por ahí te lo dice otro y se destraba. No soy muy de hacer terapia pero hay momentos en los que está bueno entregarse”, confesó .