Romina Malaspina entró a la casa de “Gran hermano” en el 2015 con toda la intención de hacerse famosa y bien que lo logró. Con 27 años, la joven transformó su vida y retocó todo su cuerpo para seguir en el camino de los medios; llegó a conducir el noticiero de Canal 26 y sacó sus propias canciones.
Su talento y amor para las cámaras es notorio y más, cuando se propone seducir a sus 2.6 millones de Instagram y a todos los internautas que stalkean su perfil público. En su última publicación de dos fotografías, demostró las dos debilidades de su público: la comida y su belleza.
Malaspina deleitó a sus fans desde el balcón con una comida afrodisíaca y en bikini; Romina posó sentada en el piso, en altura, ya que la Ciudad de la Furia queda lejana, dándole un marco perfecto a la toma. Su mirada pícara la combina con un traje de baño blanco y negro que deja ver todos sus tatuajes.
Y en la otra postal, la joven nacida en Mar del Plata tentó a todos con un plato elaborado por ella misma y una copa de vino blando, lo que sería su almuerzo relax desde el balcón de su departamento. Se puede ver que a Romina le gusta mucho la palta, el pollo y las ensaladas.
De hecho, en una historia le consultaron cómo es su alimentación y ella confesó que cada vez elige más los verdes y menos los carbohidratos.
Romina Malaspina derritió con una bikini mitad blanca y mitad negra
Durante el verano, Romina Malaspina mostró en su perfil de las redes sociales un montón de diseños diferentes de mallas; bikinis, trikinis y enterizas, una más sensual que la otra. Cualquier locación era ideal para mostrar cómo quedaban en su cuerpo y cosechar miles de Me Gusta.
Hasta en el desierto de Dubai posó con un traje de baño color beige que, justamente, se confundía con los médanos y el sol del lugar.
Pero una de las bikinis que más le gustó fue, justamente, la que usó para posar desde el balcón. La negra y blanca, de triángulos y diminutas uniones.