El programa Los Ángeles de la Mañana, emitido por El Trece, se caracteriza por una constante participación de sus panelistas, casi siempre a los gritos. Esta situación es muy bien manejada por su conductor, Ángel de Brito. Sin embargo, este martes, el periodista de espectáculos sorprendió al expresar su hartazgo, prácticamente, de manera récord, ya que las increpó apenas siete minutos después de haber comenzado el programa.
De Brito estaba contando lo que pudo charlar con Laurita Fernández sobre su acercamiento con Nicolás Cabré, de quien se separó meses atrás y con quien se lo vio esta semana en el barrio privado donde compraron una casa.
El compañero de la bailarina en el Cantando 2020 reveló que el actor y ella fueron hasta el country donde compraron juntos una casa en Pilar para cortar el pasto de la misma, pero rápidamente se vio interrumpido por sus angelitas.
Yanina Latorre habló de la meticulosidad de Cabré para el orden y la limpieza -que sería uno de los motivos por los que se separó de Eugenia China Suárez- y recordó el problema que se hizo público entre él y Fernández por no hacer la cama, mientras que Andrea Taboada opinó que “el amor solo no es suficiente, que a veces no alcanza”, y entre tantas habladurías hicieron que el conductor exprese su cansancio en vivo.
“Uy, cómo están hoy. Están peor que el jurado. No paran de hablar”, lanzó el presentador de televisión y radio, haciendo alusión a Nacha Guevara, Karina, Pepe Cibrián y Moria Casán, quienes suelen explayarse en sus devoluciones del reality que él también conduce.
Con fastidio, Ángel de Brito les hizo una pregunta a sus panelistas con el fin de conseguir un poco de calma y silencio. “A ver, ¿qué información tienen de Laurita y Cabré?”, indagó enojado, para luego reclamar: “A ver si alguna vez puedo contar yo algo”.
Latorre finalmente se calló y el conductor pudo terminar su relato. “Se juntaron y fueron a la casa que compraron en su momento. Iban a convivir, el proyecto, y se habían separado porque ese proyecto Cabré no lo quería. Se reecontraron en esa casa vacía, que la compraron antes de la temporada en Mar del Plata, volvieron y ¡pum! Se separaron”, explicó el periodista de espectáculos.
La emisión de LAM continuó sin palitos ni enfrentamientos entre sus integrantes, pero el llamativo momento que protagonizó su conductor a tan solo siete minutos de haber empezado a estar al aire difirió bastante de la costumbre que suele tener cuando se ve apabullado por las voces de sus compañeras: pedir que les apaguen sus micrófonos.
Posiblemente, De Brito vuelva a ejecutar muy pronto esa acción, y más si el cansancio de sus tres trabajos comienzan a pasarle factura, ya que además de su envío televisivo de farándula y chimentos y el Cantando 2020, también está al frente del ciclo radial El Espectador en la AM 950.