Los famosos no nacieron siéndolo y antes de llegar al mundo del espectáculo tuvieron trabajos y profesiones que nada tienen que ver con las luces, cámaras ni micrófonos. Es el caso de Magui Bravi, quien antes de hacerse conocida como bailarina se desarrolló como azafata.
En dicho trabajo, la artista vivió muchas situaciones diferentes y entre ellas, una subida de tono junto a dos pasajeros. En una nota radial con Juan Etchegoyen, confió: “Tuve una experiencia de una pareja. Ella era muy joven y él era muy grande. Ella era muy rubia y muy despampanante. Se fueron a la parte detrás del avión. Y tuvimos que llamar a la jefa porque no me animaba a tocar la puerta, me daba mucho pudor”.
“Entonces la jefa fue y les dijo que no podían estar los dos en el baño a la vez. Después hubo un tema tremendo porque ellos tenían que volver y el pasillo del avión es uno solo. Todo el mundo miró. Claramente los vimos entrar al baño”, sumó la joven.
Y para cerrar, Magui explicó por qué no podía dejar pasar esa situación: “El sexo en el avión es peligroso por si pasa algo o si hay turbulencia. La azafata, además de buchonear, está para cuidarte que no te pase nada. Si se golpean la cabeza adentro del baño, el problema es mío. Entonces, básicamente tenía que hacer eso”.