Uno de los temas de la semana fue el fuerte ida y vuelta mediático de Inés Estévez y Fabián Vena sobre el cuidado de Vida y Cielo, las hijas que tienen en común. Y como si no fuera suficiente con la exposición de los padres de las nenas, también se sumó Paula Morales, la actual pareja del actor.
Todo comenzó con un juego de preguntas y respuestas entre Estévez y sus seguidores, donde reveló que no tiene relación con la hija de Víctor Hugo Morales, aunque le gustaría que las cosas fueran distintas para tomar decisiones sobre el cuidado de sus hijas. Ese mensaje no solo fue levantado por los portales de noticias, ya que se trataba de algo público, sino que desató debate en varios programas de televisión.
Por este motivo, Vena difundió un comunicado para desmentir todo los que se decía en su contra y asegurar que se ocupa a las chicas al igual que su expareja, que las contiene, que pasa la manutención económica correspondiente y que, sobre todo, les da amor. Y para reforzar esa idea, Paula también salió a su marido argumentando que hace años “soporta mentiras y descalificaciones”.
“En relación a lo sucedido en la prensa con el padre de mis hijas, de lo cual permanecí ignorante hasta anoche, siempre que me han preguntado acerca de nuestras niñas en forma pública manifesté que la tenencia es compartida. Nadie puede replicar declaraciones prensadas en las que haya objetado públicamente su condición de padre porque no es ese mi estilo. Si hay algo factible de ser modificado u optimizado se dirime siempre en la intimidad. Ante una pregunta en torno a nuestro vínculo, hace dos años en una nota lo definí como un nexo en el cual preferiría mantener una amistad que no había logrado. No me parece grave sino respetuoso y real”, publicó Estévez al ver el revuelo que se había generado.
Pero más allá de este caso en sí, no es la primera vez que los famosos exponen sus miserias, desacuerdos y malestares en relación a vínculos del pasado. El problema es que siempre los chicos quedan en el medio. Pero cuando todo esto sale a la luz, los culpables son los periodistas.
Esto no quiere decir que sean malos padres ni mucho menos, pero la fama es un arma de doble filo. Y así como les puede traer miles de beneficios relacionados con el reconocimiento y el cariño de la gente, la exposición también abre una puerta difícil de cerrar, en la que todos son capaces de opinar.
Entonces, si desean preservar a los menores, ¿no sería mejor tratar los problemas lejos de las cámaras y las redes sociales? Ya les pasó a Pampita y a Benjamín Vicuña, quienes más allá de su escandalosa separación lograron llegar a un acuerdo para dejar de exponer a sus hijos; a Nazarena Vélez, que en su momento más mediática se cansó de contar intimidades de Barbarita y Gonzalito, quienes años más tarde le pasaron factura; y también a Jimena Barón, a quien le critican mucho su forma de ejercer la maternidad. Hace falta encontrar un equilibrio.