Una sorprendente revelación de una de las empresarias e influencers más seguidas del mundo. Kim Kardashian confesó por sus redes, en donde la siguen cerca de 232 millones de usuarios, cual es la clave para mantenerse impecable a sus 40 años y hasta con dos embarazos encima. Su secreto, además de un enorme sacrificio, podría estar en una dieta especial que le recomendó su nutricionista: convertirse en pescatoriana.
Pero... ¿en qué se basa ser pescatoriana? Según explica la futura ex mujer de Kanye West es una dieta a base de platas. En realidad su repertorio de comida es casi igual al de los vegetarianos, pero con algunas excepciones. Por ejemplo, Kim últimamente agregó el pescado entre sus alimentos más ingeridos y de ahí el nombre. La carne esta rotúndamente prohibida, pero sí puede comer huevos y lácteos como el yogurt.
Los alimentos que más consume son plantas y semillas, aunque la madre de cuatro admite que su debilidad son las papas fritas, así como odia la mostaza, el queso azul y el cilantro.
“Creo que hacer dieta es muy importante para la pérdida de peso, antes ni siquiera pensaba en eso. Decía ‘¡Oh! bueno simplemente puedo hacer ejercicio, y comer lo que yo quiera’. Pero la verdad es que tienes que hacer ejercicio todo el tiempo”, dijo hace unos años cuando fue entrevistada por la revista People. Sin embargo, actualmente Kim tiene un problema de falta de hierro y proteínas.
La anterior obsesión de Kim: la dieta Keto
Pero esta no es la primera vez que la más famosa de las Kardashian se obsesiona con un tipo de alimentación. En 2019 hasta se volvió una de las principales promotoras de la dieta Keto, se reconocía como cetogénica. El único fin era eliminar los hidratos de carbono.
Según han explicado expertos, con esta dieta la energía del cuerpo se produce a partir de ingerir grasas, por lo cual predominaban los alimentos con ácidos grasos (huevos, carne, palta, manteca, frutos secos).
Como ventajas, Kim explicaba que ayudaba a la pérdida de peso, libera cetonas y por ende disminuye el hambre, mejora el nivel de glucosa, e incrementa el buen colesterol.
Entre las desventajas, hay mucho menos consumo de hidratos de carbono que en cualquier dieta convencional, y de la misma manera sucede con el poco aporte de vitaminas, fibra y minerales. A raíz de consumir poca fibra, se comienza a dificultar la posibilidad de ir al baño.