Cuando hace unas semanas se anunció públicamente que Kim Kardashian le había pedido el divorcio al rapero Kanye West, tras seis años de casados y cuatro hijos juntos, los ojos se volvieron nuevamente al clan Kardashian. El divorcio, con la complicada personalidad del rapero y la inquebrantable posición de Kim, parecía hecho para el escándalo. Y ya comenzó.
Primero vino una incomunicación total, que según medios internacionales, vino por parte de West que decidió no volver a habalr personalmente con su futura ex esposa. Incluso parece haber hecho un cambio total de sus números de celulares para que a la socialité le fuera imposible contactarlo, solo con la posibilidad de hacerlo a través de su abogado o por medio del equipo de seguridad. Pero ni siquiera le había mandado su respuesta a la petición de divorcio.
Ahora ha llegado finalmente la respuesta del intérprete de “Runaway”, con sus exigencias incluidas. La pelea legal de ambos ahora recae sobre sus niños, North, Psalm, Chicago y Saint. West respondió a la demanda de divorcio solicitando la custodia legal y física conjunta de los 4 hijos de la pareja, al igual que Kim, lo que quiere decir que en esa división, es probable que Kim tenga a los niños la mayor parte del tiempo.
Al menos con lo que se refiere a la manutención conyugal, ambos están de acuerdo en no meterse en ese campo. Como cada uno tiene su propio imperio y fortuna, todo resulta aparentemente fácil de resolver, gracias al acuerdo prenupcial al que ambos accedieron años atrás.
Las razones del divorcio
Realmente era una situación que venía acumulándose, pero todo apunta a la cambiante personalidad y humor del rapero, que además en los últimos meses había publicado explosivos mensajes, incluso contra su familia y la misma Kim Kardashian.
Pero definitivamente el punto de quiebre se dio en julio de 2020, cuando en una de sus campañas para la presidencia, el rapero reveló una intimidad que tuvieron como pareja cuando ella se quedó embarazada de su primer hija. El rapero reveló que Kardashian “tenía las pastillas en la mano” para abortar y que Dios lo inspiró a tener el bebé. “En los primeros meses hablamos de que ella no lo tuviera”.
“Las cosas se han desmoronado significativamente entre los dos, y sucedió repentinamente”, explicaron en su momento. El resultado fue el divorcio.