La llegada de Susana Giménez causó conmoción en el ambiente porque la rubia arribó al país luego de más de un año, un accidente y su paso por terapia intensiva cuando se contagió de Covid 19.
Invitada por Telefé Noticias, Susana realizó una entrevista virtual y su imagen apareció como un holograma en el estudio del canal de las pelotas.
Como siempre, Susana lució espléndida y horas antes de su aparición en televisión, la mediática compartió los preparativos para su gran vuelta a la pantalla chica.
Lo que llamó la atención a muchos de los seguidores de la “diva de los teléfonos” fue la ausencia de Miguel Romano en esa detallada preparación del look.
Entrevistado por “LAM” (El Trece) el peluquero habló este jueves con Ángel de Brito y no dudó en confesar que de Susana esperaba lealtad.
Furioso con la situación, Romano dijo que quien la peinó a Susana es un ex asistente de su salón y lo que más le molestó fue que nunca le avisaron que iban a cambiar de estilista.
“¿Seguís siendo el peluquero de Susana?”, dijo de Brito en el móvil del programa del Trece: “No lo sé porque prácticamente hace dos años que no la veo. Vino la última vez, se puso las extensiones y se fue a Punta del Este. Hablé por teléfono con ella nada más”, comenzó diciendo Miguel Romano desde su peluquería.
Relación fría entre Susana y Miguel Romano
Aparentemente la relación de amistad entre la diva y Romano se fue enfriando cuando la conductora se instaló en Punta del Este en el comienzo de la pandemia. Desde ese entonces la rubia comenzó a atenderse con Osvi, un asistente de Romano que viajaba cada vez que la diva lo necesitaba.
Todo empeoró cuando Susana Giménez llegó al país y previo a la entrevista televisiva llamó a Osvi para que la peinara: “No me gustó ni como estaba peinada ni como estaba maquillada. La cara la tenía tipo harinada, muy blanca y el pelo muy amontonado. Yo le habría hecho un pelo especial, más finitas las puntas de abajo, no tan cuadrada. Me extrañó que no me llamara”, expresó el estilista. “Los pelos que yo le hago él no sabe hacerlos. El otro día por televisión se sentía incomoda, ¿no vieron que no se tocaba el pelo? La conozco, nació conmigo”, manifestó Romano.
“Me enteré que había llevado a Punta del Este a un asistente mío por otra boca. Me hubiese gustado que me lo dijera ella, no había ningún problema. Después de cincuenta años de ser su peluquero, de estar al lado de ella, me hubiese gustado que me lo dijera. Me dolió porque la quiero mucho, es como una hermana para mí. En las buenas y en las malas siempre estuvimos juntos”, dijo molesto y comparó la situación a lo sucedido con Mirtha Legrand: “Hubiera hecho como Mirtha que me llamó y me dijo: ‘Mire Miguel, me va a peinar otro peinador porque hicimos una conveniencia’, me dijo y yo lo entendí”, recordó.
“Me cayó muy mal, me siento dolorido, triste, porque digo: ‘¿Qué le hice?’ Me hubiese llamado y me hubiese dicho: ‘Mirá Miguel, me va a peinar este chico, no quiero que vayas a Uruguay’ y no hubiera tenido problema pero enterarme por los periodistas... me sentí mal. Es un gran cariño porque ella es todo para mí, hemos pasado una vida juntos. Lealtad, solo eso pedía”, dijo Romano.
Acerca de su ex empleado el entrevistado comentó: “Era mi asistente, vino de Bahía Blanca y se quedó acá. Ya mucho no me gustaba lo que hacía porque se metía cuando yo cambiaba a Susana, empujaba la puerta para entrar. Fue metiéndose y quedándose con mi lugar. Este chico no es buena persona, es un traidor, con lo que me hizo ya te das cuenta”, relató.
“Él quería ser Susana Giménez. Le encanta ponerse pelucas, vestirse como ella, en las fotos toma su actitud. Se probaba todo, las pelucas, los vestidos. Se llevó unos vestidos de acá de ella. A Susana no le importa nada con los vestidos y la ropa extraordinaria que tiene”, agregó y dijo: “Tengo rabia de ella y de él. Él se mete en la vida de Susana y otra gente importante, se hace el angelito. Hay que preguntarle a (Vicky) Xipolitakis qué clase de persona es. A ella le robó un anillo de su camarín. A mi hija le desapareció una bolsa de maquillajes y a Susana le avise que tenga cuidado y me dijo: ‘¡No! pobrecito, es buena gente’. En el fondo es muy ingenua. El tiempo me va a dar la razón”, cerró muy enojado.