Invitada a “PH, Podemos Hablar”, Georgina Barbarossa contó cómo influyó el asesinato de su marido, Miguel Ángel Lecuna (conocido como “el Vasco”), en su decisión de empezar a hacerse cirugías estéticas.
“Hasta los cinco años fui una nenita normal, nació mi hermana y se ve que me agarró toda una cosa de celos y empecé a comer y engordar. Empecé a ser una nena gordita y a luchar contra mi obesidad”, recordó la actriz sobre su infancia.
Y continuó: “A partir de ese momento me quedó como una mentalidad de que soy como...yo me veo en el espejo y siempre me veo gorda. Vivo haciendo dieta permanentemente. Tengo esa mentalidad de las anoréxicas que siempre se ven mal”.
“Cuando empecé a trabajar en la tele vinieron tres actrices de muy buena onda a decirme ´ché, te tenés que operar la nariz´, porque en esa época se usaba. Mi mamá me dijo ´no se te ocurra´, o sea que nunca me la operé, siempre me dio mucho miedo morirme en la anestesia. Pero después, cuando lo mataron a mi marido, cuando lo acuchillaron a Vasco, me agarró muchísima culpa de estar yo viva, entonces como que me empecé a acuchillar, a operar”, relató Georgina Barbarossa.
En ese sentido, la ex participante de “Masterchef Celebrity” reveló: “Un día me miré al espejo, me vi los ojos hinchados y dije ´chau, me opero los párpados´”. Y enumeró: “Me puse tetas, me saqué tetas, no tenía panza y me operé de la panza...Mi madre me decía ´Georgina, estás loca´. Le mentía a mi terapeuta y me iba a operar igual”.
“Era algo como de castigo, después me di cuenta y ahora me veo que se me cayó un poquito la papada y digo ´ay, ¿qué hago?´, pero en algún momento alguien tiene que envejecer”, concluyó Barbarossa.