Daba inicio la noche de miércoles de beneficio cuando los participantes de MasterChef Celebrity 2 quedaron sorprendidos por una actitud insólita de los jurados, que suelen mostrarse reservados y profesionales en su papel. La propuesta de la gala para los cuatro mejores de la semana (Andrea Rincón, Cande Vetrano, Daniel Aráoz y Hernán Loco Montenegro) era hacer tres tapeos al estilo español, inspirado en la tradición ibérica del picoteo por los bares. La condición era el uso obligatorio de champignones en una de ellas.
Pero antes de que comenzaran sus preparaciones, el plantel de jueces realizó una coreografía al estilo de danzas españolas para suavizar la tensión que se respiraba esa noche. Hasta Santiago del Moro estaba sorprendido y no pudo evitar reírse y aplaudir. Los vitoreos se escucharon por todo el estudio cuando los tres terminaron arrodillados, luego de imitar las danzas flamencas.
Pasado el momento, la noche volvió a su seriedad de desafío, que podía posicionar a los famosos en la próxima semana o la noche del domingo. Quien mostró un importante cambio de actitud fue Germán Martitegui, que parecía pasar por un tren de emociones en la misma noche.
Sus conversaciones con Cande Verano parecían una bomba a punto de estallar. A pesar de que le dio un útil consejo, de incorporar salsa bechamel a una de sus tapeos, el jurado terminó pasándole factura a la actriz en el momento de la devolución.
“Como después me criticás en las entrevistas, me das con un caño, ahora casi ni te hablo. Hago una cara y vos decís ‘esas caras que me pone...”, dijo cuando le tocó su análisis luego de críticas más bien positivas de sus compañeros. “Me fascinan tus caras”, se defendió la actriz, un tanto atónita por lo que le estaba diciendo.
Una devolución capciosa para Cande Vetrano
“La bechamel está espectacular y la emulsión es una emulsión perfecta. Es la primera vez de una emulsión como un terciopelo que hemos hecho acá”, continuó, mientras Cande se sentía conforme... hasta que llegó el comentario que nadie supo cómo interpretar. “Me la untaría por todo el cuerpo porque es espectacular”, agregó Martitegui.
El estudio quedó en silencio, hasta que Daniel Aráoz rompió en carcajada y el clima se restauró. “Pero tiene muy poco sabor, pasas el langostino y es sensual”, concluyó con su devolución. “No sé si te dijeron algo bueno o algo malo”, solo atinó a decir Del Moro.
“Chicos, ¿está bien o esta mal? ¿La vendo o no la vendo?”, se la escuchaba decir a Vetrano en el backstage, pero al final sus preparaciones le valieron la medalla de plata por segunda vez.