El conductor aprovechó los últimos minutos de su programa para poner al aire unas fotos que un amigo le acababa de mandar. Las mismas eran de la casa de su padre en Sauce Viejo, Santa Fe, y reflejaban que una parte del terreno había cedido poniendo en peligro la edificación.
Fantino se vio muy sentido con la noticia ya que ese lugar era muy querido donde pasó una gran parte de su infancia. Además el conductor aseguró que su padre siempre le había dicho que el día que él se muriera (falleció el año pasado) el río se llevaría la construcción.
“Parece increíble, mi papá siempre decía ‘cuando yo me muera, esta casa se la va a llevar el río’. Lo decía todo el tiempo”, rememoró al comienzo de su relato ante la sorpresa de los integrantes de Fantino a la Tarde (América). Luego, desarrolló cómo se enteró de la noticia: “Me llama por teléfono un íntimo amigo y me dice ‘se fue la mitad de la casa al agua’”.
En las imágenes se puede ver como el terreno en el que estaba ubicada la pileta cedió totalmente y se encuentra unos metros más abajo cerca de la orilla del río. “Ahí, en enero, yo había puesto una hamaca paraguaya para ver el amanecer”, dijo el periodista.
Fantino aprovechó el emotivo momento para relatar algunas anécdotas que vivió en esa casa. “Esa escalera la hice yo junto a mi abuelo Juan cuando era chiquitito para que mi papá limpiara el techo del galpón donde guardaba las máquinas cosechadoras”, recordó.
Para rematar sus anécdotas en aquella propiedad junto al río, Fantino contó una historia desopilante: “Un día estaba durmiendo en invierno, antes de la pandemia. Mucho frío. Fui a ver a mi vieja y me quedé durmiendo ahí solito. A las 7 de la mañana, escucho un golpe a la puerta y dicen ‘policía’. Abro y veo a cuatro tipos notariales. Yo estaba en calzoncillos. Me dicen ‘vinimos a rematar la casa, a tomar posesión’’'.
Según el periodista, la frase no lo inquietó y solo le pidió a los oficiales que lo dejaran juntar sus cosas para irse tranquilo. Algo que finalmente no hizo falta porque la situación se limitó a una advertencia policial. “Dos años después llamé un abogado y me explicó que hubo un problema con unas escrituras”, reveló. Pero en ese sentido, admite que nunca le preocupó el futuro de la casa. “¿Querés rematarla? Llevátela, le quedan dos años para que la tape el río”, cerró entre risas.