Dejando libre su versión más “barat”, Alex Caniggia sorprendió a todo el estudio de MasterChef Celebrity 2 Presentándose de punta en blanco vestido con un atuendo mexicano. “No es Elpidio González, es Alex Caniggia. Adelante Mano”, le decía Santiago Del Moro para presentarlo ante los jurados, Germán Martitegui, Damián Betular y Donato De Santis, que iban a evaluar su plato de pastas de la noche. El participante, al igual que sus otros seis colegas, se reñía por zafar de la noche de eliminación, luego de una semana de platos desastrosos.
“Ha llegado el revolucionario de la pasta”, dijo con su habitual emoción y divertida altanería con la que se presenta cada noche en el programa, presentándose como Emiliano Zapata, su alter ego mexicano. “Devolveme el bigote”, le gritó desde el balcón Andrea Rincón, haciendo alusión al chiste de la semana pasada. Pero en seguida terminaron los chistes y se escuchó una música tensa para presentar los Fusillini con salsa de chorizo de cerdo, el plato de El Emperador... ¿o deberíamos llamar lo en esta ocasión El Revolucionario?
Pero a pesar de su disposición, Betular le dijo desde el principio que “había problemitas” en su plato. En palabras de Martitegui, no eran fusillinis, eran “fusillones”. Otra de las grandes críticas fue a la salsa, que incluso le dijeron que era “solo aceite” y que parecía “un relleno de empanada” debajo de la pasta.
Aunque Donato le elogió la rapidez con que aprendió a hacer la pasta. Lo que todos le pudieron decir fue que se destacaba por lo “revolucionario”, que finalmente fue la innovación lo que lo salvó de la eliminación.
El enojo de Emiliano Zapata con el balcón
En medio de la complicada presentación de su pasta, el jurado se quejó de las constantes intervenciones a gritos de las cuatro participantes que se habían salvado en la semana. Georgina Barbarossa, Andrea Rincón, Claudia Fontán y Candela Vetrano estaban a puras indicaciones desde el balcón para intentar ayudar a sus colegas que se encontraban en riesgo. Pero la verdad es que solo lograban distraerlos.
“El jurado dice que están insufribles”, les dijo el conductor del programa. Pero Emiliano se encontraba en la misma sintonía. Frente a los constantes gritos de Rincón, el participante le hizo un gesto de silencio diciendo: “Callesé nomás”.
Parece que además, había entendido muy bien solo cual era el procedimiento, pues en un segundo logró arreglárselas con la complicada pasta.