Se avecina un cumpleaños solitario para el Diez, que a días de recibir sus 60 años tuvo una fuerte discusión con su familia y terminó echando a todo el mundo de su casa. Como siempre, el 2020 venía con muchos altibajos para el ex futbolista, con confesiones de una adicción alcohólica por parte de su médico, tres mudanzas, una vida de aislamiento solitaria y constantes variaciones de humor que vuelven inestable todo su ambiente.
Al Diez no le ha caído bien su sexagésimo cumpleaños, en medio de una posible depresión que aumenta aun más sus cambios de humor. Aunque la idea era reunir a todos sus hijos para el festejo, la familia Maradona venía acumulando dramas a diestra y siniestra. En invierno Diego tenía pensado denunciar a parte de sus allegados por “abducción intelectual”, alegando un estado de abandono o algo parecido a “tenerlo secuestrado”.
Pero después de que su médico revelara sus problemas de alcohol que “complican su salud”, el Diez decidió comenzar campaña para mostrarse renovado y en forma. Hasta se lo vio en la cancha de San Lorenzo en abrazo con Marcelo Tinelli. Poco después tuvo que aislarse nuevamente a causa de un caso de Covid-19 en su plantel. Pero pasado el susto, todo parecía estabilizarse, mientras se acercaba su gran festejo. Pero de un segundo al otro, los planes quedaron por el piso.
El sábado 17 de octubre, en casa se encontraban Gianina, Jana y su ex, Verónica Ojeda, madre de Dieguito Fernando, uno de sus hijos; además de los habituales colaboradores. En cierto momento, Diego pidió por una copa de vino, pero terminó siendo un ida y vuelta verbal que acabó en una pelea con portazos. Fue Gianina la primera en recriminarle a su padre para que no bebiera, pero terminó en un juicio en que todo opinaban a favor y en contra. El Diez se hartó y dijo: “Tengo 60 años y hago lo que quiero”. Acto seguido les aclaró que no quería fiesta de cumpleaños y que estaba “harto” de que todos se metieran en su vida.
Sin dejar tiempo a más palabras, Gianina salió con un portazo, pero después fue Mardona quien terminó echando a todos los demás de su casa, donde solo quedó la cocinera “Monona”, una madre soltera con un hijo que constantemente vive las disputas de la familia. A pesar del enfrentamiento familiar, allegados afirman que el festejo seguirá en marcha y que seguro terminara “cayendo gente al baile” para saludar al Diez en tan importante fecha.