Karina, la hija de Lía Crucet, habló de la salud de su madre y se quebró al contar cómo está la cantante de música tropical luego de su última operación y respecto de otras situaciones anteriores. La artista se cayó en su casa en Mar del Plata, se quebró la cadera y tuvo que ser intervenida.
La hija de Lía visitó Nosotros a la mañana y habló sobre su madre, de quien no se supo nada más luego de su operación de cadera.
“Ella está con una demencia frontotemporal, eso no tiene marcha atrás. En una forma desesperada me mandó a hablar el marido de ella”, arrancó su relato Karina Crucet.
La mujer, quien no tiene una buena relación con Tony Salatino, el marido de la cantante, contó que la artista va a ser ingresada a una residencia de cuidados.
“La idea era que no se enteren todavía, pero que iba a tener que internarla en un geriátrico. Es bastante dura la situación. Es cada vez peor, no es algo que va a mejorar. Me preguntan: ‘¿cómo va la relación?’, la relación va espectacular dentro de una mamá que tiene demencia. Me preguntan cómo está mi mamá, pero no sé cómo explicarlo”, explicó.
“No es ella, ¿no?, porque cuando la veo me da la sensación de no reconocerla”, opinó Sandra Borghi. “No, no es la Lía que conocimos en otro momento”, concedió Karina.
Karina no está pasando por un buen momento personal, y se sorprendió que Lía, pese a su demencia, pudo percibir como madre que su hija no está bien.
“Ella tiene una acompañante terapéutica, y a mi se me rompió el teléfono. Ella me quería llamar, pude comunicarme y la acompañante me dijo: ‘No sé qué le pasa, pero entre ayer y hoy dice que quiere hablarte, dice que ya quiere hablar con vos’”, comenzó el relato.
“Yo estaba muy mal anímicamente, entonces le hablé y le pregunté que era lo que le pasaba. Me dijo: ‘Hola hija, te conozco la voz, ¿qué te está pasando?’”, comentó.
“Yo te juro que me largué a llorar, le tuve que pedir perdón a la acompañante terapeutica, pero me emocioné. A pesar de lo que le está pasando, ella sabía que a mí me estaba pasando algo”, dijo emocionada.
“Dentro de la demencia, ella como mamá tuvo la intención de que tenía que hablarte y después siguió todo como antes”, agregó El Pollo Álvarez sorprendido.
“Te juro que no se cómo, porque yo no le hablé ni le conté nada a mi mamá, le dije que no me estaba pasando nada y que estaba todo bien, que tenía unos problemas y que estaba preocupada, pero que yo quería saber cómo estaba ella”, explicó.
Y agregó: “Me decía que le dolía, que estaba enojada porque no podía caminar. Yo le decía que se quedara tranquila, que ya se iba a mejorar y me dijo: ‘Si hija, pero yo quiero que sepas que yo te amo’”, contó.
“Después hablé con la acompañante y le pedí perdón por llorar, pero le expliqué que no podía creer que mi mamá se hubiera dado cuenta desde lejos que yo estaba mal. Ella me dijo que estábamos conectadas y que ella le hablaba permanentemente de mi”, cerró.