Lizy Tagliani supo ganarse el corazón y el respeto de la gente por lo que desde que apareció en los medios, su carrera artística no paró de crecer. Esto le permitió cumplir varios sueños que tenía desde que era tan solo una niña, como tener su casa propia y decorada a su gusto.
En más de una oportunidad, Lizy emocionó al contar su historia de vida. Su infancia no fue fácil y tuvo que privarse de muchas cosas porque su mamá era muy humilde. Pero ya grande y con una carrera que continúa en ascenso, puedo lograr varias metas y cumplir sueños.
Hace un tiempo, Lizy recibió la visita de Divina Cocina (Telefe) y allí se pudieron ver detalles de la casa en la que ahora vive.
La conductora reside en un barrio cerrado de la zona sur de Buenos Aires, donde vive con sus perros a quienes cuida como sus hijos.
Pero más allá de los muebles y el estilo moderno que Lizy le dio a su hogar, llamó la atención una repisa en particular de la casa. Allí, la artista tiene su preciada colección de autos que incluye una replica de un colectivo de la línea 318 que se tomaba en Adrogué y uno de la 160 que iba desde zona sur a Ciudad Universitaria.
Además, tiene varios portarretratos con fotos familiares y una espacio en el que colocó los premios que recibió por su labor humorística en el teatro y la televisión.
Para el living comedor y la cocina eligió que las paredes y los pisos sean blancos. En el centro del comedor colocó una enorme mesa con tapa de mármol y las sillas de estilo victoriano.
La vivienda de la actriz cuenta con un patio con parquizado y piscina, a la que le sumó reposeras en los costados para disfrutar del sol en verano.
La dura historia de Lizy Tagliani
En PH Podemos Hablar, la conductora dejó de lado el humor y se abrió a dar algunos detalles de su historia con su mamá, quien dejó el Chaco para viajar a Buenos Aires donde la crio como madre soltera.
“Me daba vergüenza ser muy pobre en un momento. Y no tanto ser pobre, sino mi mamá me daba vergüenza. Que es una de las cosas que más me angustia de grande”, confesó angustiada.
“Para mí fue todo, lo es. Pero llegó un momento donde yo tenía vergüenza porque era gordita, porque era pobre, porque trabajaba de mucama... Yo empezaba a conectar con nenes que tenían otra realidad y como que la negaba. Inventaba”, contó dolida y arrepentida por haber actuado así de niña.
“Una vez me puse en la carpeta la foto de una patrona de mi mamá, Maité se llamaba, y decía que era mi mamá”, reveló.
“Para mí era normal que mi mamá calentara el agua para bañarme en una lata de aceite de cinco litros. Hasta que un día me llevó a su trabajo. Y cuando abrió la ducha yo dije: ‘Disney’. Nunca había visto una. Tenía seis, siete años”, recordó sobre su infancia.