Las redes pueden ser un arma de doble filo. Son un lugar donde habita tanto el halago como la crítica. Es que la exposición de las personas crea un contrato implícito donde otros tienen el “derecho” de opinar sobre fotos, posteos u otros comentarios de quien se anime a exponerse.
Sin embargo, quienes entienden bien ese juego, que en muchos casos son para generar polémica con intencionalidad, son los influencers, famosos que usan las redes para mostrar su vida privada. O en caso de que no lo entiendan, saben bien a qué se someten.
En las últimas semanas Adele ha estado muy activa en su cuenta de Instagram. Sube fotos para mostrar su nuevo look y además su radical cambio de aspecto. Es que la cantante bajó 45 kilos con una dieta rigurosa y una estricta rutina de ejercicios.
Debe haber sido porque se sintió bien consigo misma que subió una foto luciendo un bikini. Pero la imagen no tuvo buena recepción. Según publicó el portal 24 horas, fueron sus propios seguidores los que la criticaron por la imagen. Es que en sí no opinaron sobre la prenda ni por cómo le quedaba, sino que le reprocharon que tuviera estampada la bandera de Jamaica.
En cuestión de minutos se desato una dura polémica por el traje de baño de Adele y su particular peinado con plumas en la espalda. “Feliz lo que sería el Carnaval de Notting Hill mi amado Londres” escribió en la imagen acompañado de un emoji de la bandera de Inglaterra y otro de la de jamaicana.
Varios de sus seguidores la cuestionaron y le advirtieron que se estaría apropiando de una cultura que no le corresponde. Sin embargo, fueron los propios jamaiquinos que la defendieron de las duras críticas y le agradecieron inclusive a la cantante por el saludo.