Cuyoman aterriza en La Trastienda

El conjunto integrado por tres ex integrantes de Karamelo Santo se presenta este sábado 11 de noviembre en la sala porteña junto a Fisión.

Cuyoman aterriza en La Trastienda
Cuyoman aterriza en La Trastienda

Cuyoman, proyecto que comparten tres ex integrantes de Karamelo Santo, desembarcará el sábado 11 de noviembre en la sala porteña La Trastienda junto a los tandilenses de Fisión, con un recital que propone versiones de la banda anterior, un repaso por "Nuestra savia", primer EP del conjunto,  y adelantos de su próximo material.

Con Pedro Rosafa en voz, Diego Aput en bajo, Lucas Villafañe en acordeón y la incorporación de Josue Leiton, ex Los Coholins, en batería, este combo de mendocinos se sube al escenario con la misma -y tal vez más- energía que lo hicieron en las dos décadas de historia que compartieron junto a Karamelo Santo.

"Esto arrancó hace seis meses más o menos, pero tuvimos un ascenso muy vertiginoso. En seguida grabamos el Ep 'Nuestra savia', empezamos a tocar en muchos lugares, y acá estamos", expresa Villafañe, tras la potente presentación que Cuyoman regaló sobre el escenario principal del festival Ciudad Emergente el viernes 22.

Esta primera carta de presentación del grupo reúne cuatro canciones, recorre el ska, el reggae, el rock y la cumbia, y la canción debut se titula "Es aquí", un manifiesto de un día cualquiera, como los de hoy, con la suspicacia y acidez que siempre caracterizaron a las letras de Karamelo Santo.

El Ep continúa con "Savia", canción en la que confluyen la cumbia y el reggae y en la que deciden cantar para no mirar atrás, y "Naufragar", una radiografía de la contemporaneidad en clave reggae, y donde afirman que "te llevan a la cornisa en el plano material y luego te someten en lo espiritual".

La última canción es "Piel" y en ella, los cuatro músicos explican de qué se trata esta etapa de metamorfosis y diagrama de sus carreras: "Como nos gusta a decir, esto es un cambio de piel", enfatiza el acordeonista.

- ¿Por qué se separó Karamelo Santo?

Lucas Villafañe: Fueron 22 años de carrera, muchas giras, muchos músicos se fueron, se fue desgastando la onda y la convivencia, y preferimos cambiar la piel, así que después de separarnos de Karamelo, en octubre de 2015, nos tomamos un año y arrancamos con Cuyoman.

- ¿Cuál es la esencia de Cuyoman?

LV: La esencia es básicamente la misma, de hecho estamos haciendo varias de las versiones de la última etapa de Karamelo. Nos desaceleramos, menos estamos no tan al palo, bajamos los cambios y estamos un poco más introspectivos, pero con la misma fuerza que antes y mantuvimos los mismos estilos.

- ¿Cuál es la dinámica dentro de Cuyomán?

LV: Somos todos bastante adolescentes en un punto, aunque somos bastante viejos. Nos divertimos haciendo música, lo disfrutamos como antes, todavía no llegamos a la parte en la que estamos cansados o mañosos.

- ¿Se vive de la banda?

LV: No vivimos de la banda pero sí de la música, tenemos otros trabajos relacionados como la producción artística, la grabación o las clases. Un montón de músicos no pueden vivir sólo de esto y están obligados a hacer otro trabajo. En un momento de la vida hay que apostar y dedicarte por completo si querés que salga bien, porque es cansador llegar a la sala de ensayo después de ocho horas de trabajo. Creemos que es buenisimo cuando se puede hacer eso, aunque no sea del todo redituable, siempre alguna movida se te ocurre.

- Como banda con Karamelo Santo siempre se sumaron a causas sociales, con Cuyoman fueron de los pocos que hicieron público el pedido por Santiago Maldonado durante Ciudad Emergente no fue la excepción. ¿Qué opinan de la despolitización del rock?

LV: No importa dónde estés ni cual sea tu tendencia política, una desaparición en democracia es preocupante para todos y más cuando está claro que se lo llevó gendarmeria. Todos deberíamos pedir por Maldonado todo el tiempo y debería aparecer quién se lo llevó y qué pasó con él. No es obligación del rock que esté relacionado a lo combativo, pero a nosotros siempre nos salió para ese lado, siempre estuvimos ligados a las causas sociales, sobre todo a las más injustas. Yo no voy a condenar a nadie porque no esté militando o combatiendo con el rock, hay gente que disfruta tocando la música y gana dinero con eso y listo, a lo mejor esa persona viene, toca, llega a la casa y pregunta dónde está santiago maldonado, y no está mal. Cada banda tiene derecho a hacer lo que quiera.

- ¿Y cómo ven la coyuntura social y política?

JV: Bastante compleja, extraña. Hace muchos años está bastante raro todo, cuando vas al supemercado no te alcanza la plata, el trabajo está precarizado, las políticas de Estado son pensadas para la gente más pudiente y los laburantes pagan los platos rotos. El problema también está en la educación, que es una verguenza hace bastante, es lo mismo ahora que cuando yo fui y que cuando fue mi abuelo, y eso es ridículo. Falta cabeza para aggiornar la educación y estamos con el freno de mano trabado.

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