LeBron James dijo hace poco: “¡Basta! ¡Es ridículo! ¡Nunca había visto alguien como él en la historia del básquetbol”. Magic Johnson también se animó a un vaticinio: “Tiene la chance de ser el mejor de todos los tiempos si mantiene este nivel en los próximos cinco años”.
Manu Ginóbili le mandó un mensaje a su hermano Leandro: “Lo que hace este muchacho es increíble”. El mundo del básquet se deshace en elogios para Stephen Curry, 27 años, 1,91 m, base del actual campeón de la NBA, Golden State Warriors, buscado en todo EE.UU por ser un ‘asesino’ de redes, matador de defensas y descuartizador del ánimo de quien intente detenerlo.
Esas reacciones fueron en torno a cómo ganó el juego contra Oklahoma City (121-118), en suplementario: clavó un triple de más de 10 metros, ahorcado por el reloj. Al revisar el video se observan dos detalles: los espectadores que se agarran la cabeza apenas sale el lanzamiento, y la pasmosa reacción del banco de los Thunder, incrédulos por lo que acababan de ver.
Esa noche en Oklahoma, Curry igualó el registro de 12 triples en un juego que tenían Kobe Bryant y Donyell Marshall. Además, superó la plusmarca de triples en una temporada, de 285 que él mismo había establecido (ya está en 288) y extendió a 129 encuentros en fila marcando al menos un triple.
Hacía 28 años que un equipo no se clasificaba a play offs en febrero, desde que lo consiguieran LA Lakers de Magic, Kareem y Worthy en la campaña 87/88. Con la victoria ante los Thunder, Golden State llegó a un récord de 53 triunfos y 5 derrotas. Los Warriors podrían perder los 24 partidos que les quedan en la fase regular y aún así estarán en postemporada. Claro que tienen una zanahoria grande: superar el registro de 72 éxitos y 10 caídas de los Chicago Bulls de un tal Michael Jordan, en la temporada 95-96.
Más allá de su gran presente y de la innumerable cantidad de elogios que recibe, quien fuera MVP de la temporada pasada va camino a destrozar varios récords y su don para tirar triples preocupa hasta a los programadores de videojuegos, en los que los jugadores (de joystick) se tientan con tirar triples en vez de llevar pacientemente la pelota a la pintura.
“Aún buscamos el modo de trasladar mejor su juego al NBA 2K. Curry rompe las reglas. Se está convirtiendo en un problema en los videojuegos”, analizó Mike Wang, director de juego del NBA 2K. Quienes lo defienden en la cancha lo sufren más.
Curry se comparó con Lionel Messi
“Me encanta el talento que tiene Messi. Creo que los dos tenemos un estilo de juego creativo”, dijo Stephen Curry, la sensación del básquet en el mundo y a quien muchos lo llaman el Messi de la NBA. Todos hablan de él, su camiseta Nº 30 es la más vendida y fue el segundo jugador más votado para el All Star Game.
En los genes. La familia Curry es sinónimo de básquet. No sólo Stephen es profesional, su hermano Seth juega en Sacramento. Curry padre conoció a Sonya en la universidad de Virginia, quien en ese entonces jugaba al voley. Se casaron y tuvieron tres hijos. Todos deportistas profesionales. Steph y Seth, basquetbolistas, Sydel, voleibolista.
Casi una tradición. Ante cada éxito, Curry golpea su pecho y eleva su dedo índice hacia el cielo. Es su forma de comunicarse con Dios: “Recuerdo para quien estoy jugando”, dice.
Curry es un ejemplo para miles de jóvenes que empiezan a jugar al básquet gracias a sus increíbles jugadas, pero también por su humildad. Algo similar a lo que pasa con Messi. Dos fenómenos del deporte.