El robot Curiosity de la NASA se tragó su primera cucharada de tierra de Marte a fin de analizar su composición mineral y halló objetos brillantes que, según algunos expertos, tienen origen humano y vienen del propio robot, informó la agencia estadounidense.
En un nuevo reporte sobre la misión que cumple Curiosity en el planeta rojo desde hace dos meses y medio, la NASA indicó que un instrumento que analiza los minerales, ubicado en la panza de esta máquina del tamaño de un automóvil, analizará el suelo marciano para saber de qué está hecho.
“Comenzamos a ver algunas manchas brillantes en las zonas excavadas”, dijo un científico del proyecto Curiosity a periodistas en Pasadena, California (oeste). El equipo científico comenzó a llamarlas schmutz (sucio).
Algunos sugirieron que podían ser objetos creados por seres humanos y haber ido a parar allí a través del propio robot, pero tras discusiones entre científicos e ingenieros, se llegó a “un fuerte consenso” según el cual estas manchas brillantes serían originarias de Marte.
Esta conclusión se sustentó en el hecho de que estos objetos aparecen al fondo de los hoyos que quedan en el suelo marciano luego de que el robot recoge muestras a cucharadas, lo cual significa que normalmente están debajo de la superficie, mientras eventuales objetos humanos estarían encima.
“No podemos descartar que sean hechos por humanos, pero no creemos que lo sean”, dijo.
La semana pasada, la NASA determinó que un objeto brillante observado en el suelo cerca del robot era un pedazo de plástico que se podría haber caído del robot mismo.
Para los científicos, tener la oportunidad de comenzar a usar su instrumento de Química y Mineralogía (CheMin) para analizar los minerales del planeta rojo es un importante hito.
“Estamos atravesando un umbral importante en esta misión al usar CheMin en nuestra primera muestra”, dijo el científico del proyecto Curiosity John Grotzinger, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena.
“Identificar los minerales es importante porque estos registran las condiciones medioambientales bajo las cuales se formaron”, explicó.
Curiosity, que pesa una tonelada y tiene seis ruedas, aterrizó el 6 de agosto en una zona denominada cráter Gale, en el ecuador de Marte. Su misión de 2.500 millones de dólares es investigar en el lapso de dos años si la vida es posible en el planeta rojo y si éste tuvo vida en el pasado.