Para muchas personas, la lengua es solamente una asignatura en el diseño curricular de los diferentes niveles de enseñanza. Como tal, según ese modo de pensar, la lengua se aprende de una vez para siempre y sus contenidos quedan fijos en la mente de los educandos, estancos, sin abarcar nuevas realidades ni sufrir modificaciones.
Nada más equivocado: la lengua atraviesa todos los escalones de nuestra educación y su aprendizaje va, en forma de espiral, abarcando cada vez más aspectos de la vida cotidiana, tales como hechos políticos, religiosos, económicos, musicales, históricos, geográficos, que el usuario debe poder designar adecuadamente, sabiendo que posee instrumentos académicos a los cuales recurrir cuando tenga dudas.
A través de esta columna, menciono en forma permanente las fuentes a las que acudo para validar mis afirmaciones que no son fruto de mi opinión personal sino que constituyen el resultado del consenso de estudiosos de la lengua en sus más diversos aspectos.
Una de esas fuentes es la Fundación del español urgente (Fundéu) que, diariamente, emite recomendaciones para ser tenidas en cuenta no solamente por los periodistas (primeros destinatarios) sino por el hablante común, que quiere expresarse bien, ya oralmente, ya en forma escrita.
Cada mañana, abro mi correo en busca de las novedades de la Fundéu; así, uno de los últimos consejos se relaciona con la moneda electrónica, denominada en origen bitcoin. He usado la cursiva para escribir el nombre de esta criptomoneda, pues se trata de un vocablo de origen inglés, formado por bit (acrónimo de Binary digit= "dígito binario") y coin (=moneda).
Pues bien, el nombre de esta moneda virtual ya se ha adaptado a nuestro idioma y escribiremos, entonces, 'bitcóin', con tilde, por ser voz aguda terminada en 'n'. Su plural español es 'bitcoines' y no necesitará llevar resalte tipográfico por estar ya incorporada al español. Pero si se desea usar el término en inglés, tanto en singular como en plural, se mantendrá la cursiva bitcoin / bitcoins o se entrecomillará la expresión "bitcoin" / "bitcoins".
En cuanto a su género gramatical en español, si bien hay ejemplos en que se habla de 'la bitcóin' por pensarse que es una moneda, la mayor parte de la bibliografía prefiere la forma masculina: 'el bitcóin' y 'los bitcoines'.
A veces, encontramos la forma 'Bitcoin', sin castellanizar y con mayúscula: se admite en letra redonda, en singular y con mayúscula inicial, como nombre del protocolo y de la red informática. Nos dice la Fundéu que se trata de una marca y da como ejemplos válidos 'red Bitcoin' y 'direcciones Bitcoin'.
Cabe plantearse, entonces, a partir del auge de esta moneda virtual, cómo han procedido las Academias con los nombres de otras monedas extranjeras. Vayamos con el 'dólar'. De él, nos dice el Panhispánico: "Dólar. Adaptación gráfica de la voz inglesa dollar, 'unidad monetaria de los Estados Unidos de América y de otros países del mundo'. Debe escribirse con tilde y su plural es 'dólares', no *'dólars´'. No debe confundirse con 'tólar', moneda eslovena, cuyo plural es 'tólares'.
En cuanto a la moneda de Japón, se escribe 'yen', con plural 'yenes', no *'yens'; otra unidad monetaria cuyo nombre ha sido castellanizado es la de Polonia: en la lengua de ese país, encontramos el vocablo zloty, que alude al color dorado de esta moneda. Al pasar al español, el Panhispánico nos da la forma 'esloti', con su plural 'eslotis'. Deben desterrarse las formas *'zloti' y *'sloti', que no son polacas ni españolas.
¿Qué es el 'dinar'? Constituye la moneda de diversos países árabes y de la antigua Yugoslavia. Es una palabra aguda y su plural es 'dinares', como voz grave. Hay una moneda parecida, 'dírham', que designa la unidad o fracción monetaria de Marruecos y de los Emiratos Árabes Unidos. Su plural, nos dice el Panhispánico, es 'dírhams'. También es válida, aunque se usa menos, la variante 'dírhem', con su plural 'dírhems'. Su origen árabe explica la pronunciación de ambas formas con hache aspirada.
Trasladémonos a Bulgaria: su moneda, nos dice el Panhispánico, es la 'leva', voz femenina que procede del plural del nombre búlgaro 'lev'. Si usamos la forma búlgara, diremos 'el lev', con su plural 'levs'; pero, si usamos la forma recomendada en español, diremos 'la leva' y 'las levas'.
Viajemos ahora a Albania: llevaremos la moneda del país, denominada 'lek', palabra de género masculino, que pluraliza 'leks'. Pero como sería tedioso ir país por país buscando cuál es su moneda, preferimos hablar del 'euro', que el diccionario académico define como "unidad monetaria común a los estados de la Unión Económica y Monetaria europea"; se trata de un nombre común, que proviene del acortamiento de 'europeo'.
Debe escribirse con minúscula inicial y su plural es 'euros'. El Panhispánico nos señala que el vocablo 'euro' carece de abreviatura y que su representación abreviada se realiza mediante el símbolo €, aunque también se puede usar el símbolo trilítero EUR.
Como dato interesante, recordamos que antes del euro, la unidad monetaria de cuenta de la Unión Europea fue el 'ecu', voz proveniente del acrónimo inglés formado a partir de European Currency Unit. Se usó entre 1979 y 1999; su escritura, la mayoría de las veces, era la de una sigla, íntegramente con letras mayúsculas: ECU.
En cuanto al lugar de escritura de los símbolos monetarios, hay que señalar, según la normativa académica, que el uso en España prefiere la escritura pospuesta y con blanco de separación: así, 3 ?, 100 $; en cambio, en América, por influjo anglosajón, los símbolos monetarios, cuando no son letras, suelen aparecer antepuestos, sin blanco de separación: ?3, $100. Hay que tener cuidado de no separar en renglones diferentes la cifra y el símbolo que la acompaña.