Apenas unos minutos después de las 8:30 de ayer, la puerta de la guardia policial del subsuelo del Palacio Judicial de Mendoza se abrió para dar paso a quienes se disponían a ingresar desde el exterior.
Antes de que siquiera se asomara una persona -o, en este caso, una silla de ruedas-, desde el rincón donde aguardaban más de 30 periodistas y fotógrafos de todo el mundo se disparó una catarata de flashes. Con un agente penitenciario a cada uno de sus costados y una tercera agente que guiaba la silla de ruedas, el primero en ingresar fue el sacerdote Nicola Corradi (83). Con el seño fruncido -nunca se lo ha visto con otra mueca, ni siquiera en las fotos viejas del instituto Próvolo- y los brazos cruzados, el octogenario sacerdote abría la comitiva de imputados. Detrás suyo, también con custodia y con una campera que le cubría hasta el cuello; caminaba por sus medios el también sacerdote Horacio Corbacho (59). Con su cabello rubio peinado hacia la izquierda y su considerable estatura, el religioso completó el tramo que separaba la puerta de la sala 4 del Fuero Penal Colegiado también escoltado por un uniformado y mientras los flashes de la cámara le daban la bienvenida.
La comitiva la cerraba el ex jardinero Armando Gómez (alias "Pilo", 49 años); quien también llegó esposado y con una campera en la que sobresalía el rojo de los hombros. Un agente del servicio penitenciario a su derecha -sujetándole las manos esposadas en la espalda- y otra pareja de corpulentos guardias encapsulaban al grupo.
Los flashes eran de medios provinciales, nacionales e internacionales. Es que desde ayer los ojos del mundo entero están posados sobre Mendoza, con el comienzo del primero de los juicios por abusos sexuales y episodios de corrupción de menores denunciados en el instituto Antonio Próvolo (Luján de Cuyo) hasta noviembre del 2016 y cometidos contra más de 20 ex alumnos.
La primera de las causas tiene a Corbacho, Corradi y Gómez como acusados con 28 imputaciones por estos delitos, y podrían recibir penas de entre 10 y 50 años de prisión en caso de ser hallados culpables. Durante la jornada inaugural del debate, se leyeron los hechos por los que están acusados y hubo 3 pedidos concretos por parte de la abogada defensora de los curas y el ex administrativo.
Sobre uno de los pedidos se expidió ayer mismo el tribunal, mientras que hoy a primera hora -y cuando se reanude la audiencia- deberá resolver sobre los otros dos. Además, se espera que hoy declaren 7 personas (entre ellas, 4 denunciantes).
Al comienzo de la audiencia -antes incluso de que se procedieran a leer las acusaciones-, la abogada Alicia Arlotta (defensora oficial de los enjuiciados) solicitó la recusación del juez Mauricio Juan, uno de los integrantes del tribunal. Lo hizo amparándose en que el magistrado aún no cuenta con el aval del Senado para desempeñarse en sus funciones. Acto seguido, se desarrolló un mini cuarto intermedio en la misma sala y del que participaron todos los magistrados que actúan en el debate; y en pocos minutos resolvieron no hacer lugar al pedido de la defensora, teniendo en cuenta que su desempeño es constitucional.
Con este pedido ya resuelto, se comenzó con la lectura de las acusaciones (16 contra Corbacho, 6 contra Corradi y otras 6 contra Gómez).
Por recomendación de su abogada, los acusados se abstuvieron de declarar durante la audiencia. Arlotta hizo otros dos pedidos durante la jornada. Solicitó que se transcriba cada uno de los testimonios que se desarrollarán durante el juicio. Lo hizo teniendo en cuenta que Corradi tiene una reducida capacidad auditiva; mientras que Gómez es sordo y es analfabeto.
Si bien todo el debate se está interpretando en Lengua de Señas Argentina (LSA) -teniendo en cuenta a las víctimas y a Gómez-, la situación se torna más compleja para este último, ya que el propio ex jardinero -y por medio de LSA- hizo saber a uno de los intérpretes que tampoco comprende ese lenguaje.
"La defensa ha cuestionado permanentemente la capacidad de Gómez y de Corradi, por lo que han pedido que se lean las declaraciones durante el juicio. Incluso, se ha ofrecido a Corradi que utilice un audífono más potente para poder escuchar la lectura y testimoniales, pero él no ha querido", destacó uno de los abogados querellantes, Sergio Salinas.
Asimismo, la defensora pidió también que todos los testigos se presenten a declarar durante el juicio (incluyendo a las 11 víctimas). Tanto la querella como la fiscalía se opusieron -una vez más- a este pedido al considerar que los denunciantes quedarían expuestos a la revictimización si tienen que relatar una vez más los aberrantes hechos que padecieron.
"Amparándonos en las convenciones referidas a las personas con discapacidad nos hemos opuesto a cualquier posibilidad de que vuelvan a declarar, para evitar la revictimización. Lo que se ha propuesto es que se reproduzcan las cámaras Gesell que ya fueron filmadas", sintetizó a su turno el otro abogado querellante, Oscar Barrera; quien agregó que las víctimas ya no quieren sufrir más y que en esas entrevistas se explayaron sobre los hechos que padecieron.
"Hay chicos que ya han declarado hasta 3 veces dentro de la causa", acotó Salinas, quien consideró que estos pedidos de la defensa son "un manotazo de ahogado".
Para hoy
Apenas se reanude el juicio hoy, el tribunal deberá expedirse y resolver sobre dos solicitudes: transcripción de los testimonios y que se presenten nuevamente todos los testigos a declarar. También para hoy se esperan 7 declaraciones: 4 de víctimas, una de una trabajadora social (como testigo) y 2 más de personal de apoyo psicológico. Si bien la parte operativa del debate ha sido planificada para todo el mes de agosto, desde el núcleo de la causa no descartan que se estire -al menos- a 3 meses. Mañana declararán 7 personas más -5 denunciantes y 2 testigos-, el jueves será el turno de otros 7 testigos (de la querella y la fiscalía); mientras que el viernes harán lo propio 8 testigos más.
Las víctimas y sus familiares se esperanzan con que haya justicia
En la puerta de los Tribunales de Mendoza, ex alumnos del instituto y víctimas de los abusos -junto a sus familiares- mantuvieron ayer desde temprano una vigilia para reclamar justicia.
"El día de hoy es el inicio de muchas cosas.Y tenemos la posibilidad de encontrar algo de paz", destacó Cecilia, mamá de 2 chicos que estudiaban y dormían en el Próvolo; y que hoy están entre los más de 20 denunciantes.
"La vida en estos 2 años ha sido muy difícil para los chicos, necesitamos que esta gente pague por lo que ha hecho. Como padres lo más sagrado que tenemos son nuestros hijos, y se metieron con ellos", agregó con dolor la mujer.
"El Vaticano ha querido hacernos sentir culpables desde el primer día. Mandó al comisario (NdR: Alberto Bochatey) y dijo que los chicos eran los que fabulaban. Mis hijos los ven en la tele y empiezan a insultar", sintetizó la mamá de los dos chicos.
En la misma sintonía, Mariana Díaz (mamá de 3 chicos que iban al instituto) resumió que el inicio del debate los encuentra "con sentimientos encontrados, mucho nerviosismo y mucho miedo".
"Es increíble lo cínico que han sido todos. Yo me cansé de ir a hablar al instituto por situaciones con mis hijos y me decían que eran cosas de ellos", disparó la mujer. Y agregó: "por suerte hoy mis hijos volvieron a la escuela y están bien. Pero cuando ven a los curas en la televisión, los insultan. Yo tengo fotos con ellos; compartiendo mesas, cumpleaños. Y después me entero que a mi hijo lo amenazaron de muerte para que no cuente lo que pasó", sostuvo Mariana.
"El apoyo de la Iglesia ha sido pésimo. Dijeron que era todo un invento de los chicos. Como si fuese fácil llegar a una cámara Gesell y contar como han podido lo que les pasó. También es difícil para nosotros como padres", resumió.