Es de Avellaneda, pero decidió radicarse en Filipinas hace 5 años porque consideró que era lo mejor que podía ofrecerle a su congregación. Se llama Gustavo Aguilera, tiene 44 años y es miembro de Misioneros del Verbo Divino.
Se ordenó en el 2008 y un año más tarde se instaló en Filipinas. Antes le había dedicado su vida a la enseñanza y durante 16 años fue profesor de filosofía. "Yo elegí este destino. Lo mío es la docencia y entendí que era lo mejor que podía ofrecer. Doy clases en la Universidad y ante este tipo de tragedias me doy cuenta de que la Iglesia Católica es lo más confiable para la gente cuando debe afrontar situaciones tan complicadas", contó Aguilera.
De vida tranquila y perfil misionero, de pronto la vida lo puso en un lugar en el que a a lo mejor no se siente demasiado cómodo. Había advertido al consulado que tres argentinos podrían haber sido víctimas del Tifón Haiyán (ver nota principal), pero afortunadamente los tres aparecieron sanos y salvos.
Según el relato del cura, "en esta zona del Pacífico los tifones son moneda corriente, de hecho este mes hubo más de diez. Pero nunca había vivido una situación parecida, con tantas muertes".
Aguilera contó que hace tres semanas Filipinas fue azotada por un terremoto que dejó muchas zonas destruidas. "El Gobierno centralizó su ayuda en eso y ahora se desbordó todo. Hay más de 10.000 desaparecidos, no hay agua, no hay comida. El aeropuerto de Tacloban quedó partido al medio y no hay forma de enviar ayuda humanitaria que no sea por vía marítima", aseguró el sacerdote.
Sin embargo, él sigue contento con su destino: "Hay lugares peores como Irán o Afganistán donde la muerte llega por la guerra. Esta es una tragedia natural, según los más grandes, la peor de los úlimos 60 años. A pesar de todo, elijo este lugar. Yo no vivo en la zona del desastre. A nosotros sólo nos golpeó el coletazo y los vientos no eran tan destructivos. Pero han desaparecido poblaciones enteras y llevará muchísimos años recuperarlas".
La familia de Aguilera, oriunda también de Avellaneda, se ofreció como una especie de puente para todos aquellos que quieran acercar sus donanciones.
"El teléfono es el (011)42078347, es mi familia y a su vez ellos pueden hacer el contacto con la gente de la congregación", detalló el misionero.