Es el fin de una semana áspera para Emma Cunietti, Coordinadora General de Educación Superior de la DGE. De hecho, acaba de regresar de San Rafael, adonde fue a encontrarse con docentes preocupados (y enojados) con los cambios que se vienen para los institutos de educación.
En la semana también había hecho lo propio con el terciario Tomás Godoy Cruz, y todo, para colmo, en un contexto de reclamos por los sueldos de docentes universitarios.
Quizá por eso es que, al inicio de la charla, se preocupa por ser exhaustiva, dar todo detalle técnico de aquello que dice. Con respecto a los datos que acompañan esta página se muestra segura: "hay que replantear la secundaria y conseguir que sea como un ultraliviano al que todos se pueden subir. Si tenemos un secundario con muchas materias los chicos no lo terminan".
Pero también hay mucho para decir, por supuesto, en cuanto al tema que ha generado tanta polémica, y tiene que ver con el futuro de los institutos superiores.
Desde que a DGE difundió la resolución 2010, en la que evidencia (desde sus premisas) "adaptar la titulación al mundo del trabajo" y "fortalecer el intercambio con las comunidades, sus empresas y emprendimientos, a fin de establecer una serie de carreras prioritarias" las alarmas se encendieron. ¿"Carreras prioritarias" y otras que no lo son? "Sí. A partir del lunes vamos a dar a conocer un listado con las carreras de los institutos que son prioritarias y otras que por muchas razones no lo son".
En este sentido, Cunietti explicó que la amplitud de variables para explicar ello son muchas. Por ejemplo, saturación de ofertas educativas, solapamiento de unas con otras (casos en que el aula satélite de un establecimiento dicta la misma especialidad que otra que queda a una cuadra de esa).
Lo que se viene, entonces, generará polémica. Y la funcionaria lo sabe. "En octubre viene un proceso de autoevaluación y todas las instituciones van a tener que llenar formularios, y esto les va a permitir mirarse a sí mismas y ver qué pasa con ellas. Si hace falta, deberán reformularse. Y si no lo hacen, la DGE buscará un consenso", explicó.
Esto significa que en caso de que un establecimiento dicte una carrera que tiene poco alumnado o que ofrece una oferta saturada, va a tener que cambiar (dar un postítulo vinculado, cambiar a una carrera relacionado, o dedicarse a la investigación). Allí viene la pregunta: ¿y si la carrera no tiene estudiantes? Cunietti responde: “En ese caso, si no tengo estudiantes, se cierra. Tengo la obligación de decirlo”.
