Cunicultura: consumo estancado en la provincia

El alza de los costos del alimento complica al sector. Hay pocos productores en la provincia con planteles rentables. Se perdió la salida exportadora; no obstante, esperan que mejore la situación.

Cunicultura: consumo estancado en la provincia

Lejos de alcanzar su potencial, y a pesar de ser una actividad que se realiza hace años, la cunicultura (cría de conejos para el aprovechamiento de su carne y sus productos) no logra dar el salto en Mendoza, aunque cuenta con una demanda no satisfecha por falta de producción.

Según datos del Ministerio de Agroindustria de la Nación, existen 3.000 madres productoras en la provincia, posicionándose así como la sexta más importante del país, detrás de Buenos Aires, La Rioja, Córdoba, Santa Fe y Chubut.

"Las proyecciones para el sector son muy buenas en cuanto a demanda, pero faltan inversiones que quieran explotar y producir la carne de conejo. El problema es que en Argentina estamos acostumbrados a las ganancias a corto plazo y el sector cunícola no funciona así", manifestó Gustavo Manzano titular de Granja Cunícola Los Olivos.

En esta misma línea se expresó Gaby Quagliariello, quien en 2006 desarrolló el Módulo Experimental de Cría de Conejos en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

"Existe una demanda insatisfecha bastante importante, por lo que su producción podría crecer. Según estimaciones realizadas, podría llegar a triplicarse su producción sin correr riesgo con respecto a su comercialización en el mercado interno", sostuvo la profesional, quien actualmente se desempeña como Coordinadora del Proyecto Transición y Secano del Este de Mendoza.

Agregó que “en Mendoza hay un matadero y frigorífico municipal modelo en Lavalle, que está subutilizado con respecto a la faena de conejos. En tanto la mayor parte de la faena es informal, este es uno de los puntos críticos a mejorar; hay que abordarlo trabajando en la organización de los productores y su articulación con el frigorífico”.

En 2006 cuando se desarrolló el Módulo Experimental de Cría de Conejos se generó un grupo organizado, denominado Cooperativa Conejos Andinos de Mendoza; sin embargo no prosperó.

Uno de sus integrantes, Juan Cordón, que produce en San Carlos y tiene su puesto de venta al público en Luján, sostuvo que "por trabas burocráticas no pudo prosperar", y que de "17 productores que éramos hoy quedamos 7 u 8 como mucho. Se perdieron muchos emprendimientos".

Todos los consultados por Los Andes coincidieron en señalar que hay una falta de acompañamiento de políticas públicas muy importante para el sector. Falta incentivo para la producción. Incluso Cordón fue más allá y expuso que "en Ganadería nuestra actividad ni siquiera figura, estamos dentro del ítem 'otros' y somos los únicos que pagamos el 21% del IVA, mientras que otras carnes pagan sólo el 10,5%".

Según datos aportados por Quagliariello, el consumo de conejo en Mendoza está por debajo de los 100 gramos por persona por año. “Es realmente muy bajo, más si se tiene en cuenta que una hembra puede llegar a 6 partos por año y producir 50 crías al año en total. Esto significa que se producen 65 kilos de carne al año a partir de una sola hembra y un macho”.

En lo que se refiere al mercado, Manzano contó que “hasta 2007 le vendíamos a un frigorífico exportador. Por condiciones de mercado se pudo llegar a Europa y la producción argentina creció 15 veces más de lo que se esperaba. Pero faltó acompañamiento, los granos subieron mucho, no se pudo seguir produciendo y se perdió el mercado. Antes se llegaba a los Países Bajos, con destino a hospitales y cuarteles militares”.

En la actualidad la totalidad de la producción a duras penas alcanza para la demanda interna, dejándola insatisfecha en muchos casos, afirmaron los productores.

Las estadísticas de la Dirección de Porcinos, Aves de Granja y No Tradicionales, dependiente del Ministerio de Agroindustria de la Nación, señalan que en 2010 en Argentina la faena formal de conejos registrada era de 262.511 unidades. A partir de ese punto comenzó a bajar año a año, hasta llegar a los 56.831 unidades en 2015.

Igualmente, Quagliariello puso en dudas estos números ya que “es una actividad invisible, donde la mayor parte de los criaderos no están inscriptos y la cadena de esta carne se incluye en circuitos cortos e informales de producción, faena y comercialización. Por esta razón resulta difícil encontrar estadísticas confiables”.

En cuanto a los costos, la desarrolladora del Módulo Experimental de Cría de Conejos en INTA explicó que “un conejo faenado tiene un costo cercano a los $ 90 por cabeza. La venta en fresco se realiza a un precio de entre $ 130 a $ 150 por kilogramo. En súper e hipermercados se vende conejo congelado que ingresa desde otras provincias a un precio mucho mayor: $ 200 por kilo”. Manzano aseguró que “al público se vende entre $ 110 y $ 140 el kilogramo.

Desventajas

Otro de los inconvenientes que tiene hoy la cunicultura en Mendoza tiene que ver con los costos. El 80% del costo de producción corresponde a la alimentación, en los criaderos intensivos, por lo que el incremento de precios en los alimentos balanceados impactó negativamente.

“En comparación con otro tipo de producción, no podemos incorporar genética porque no hay un organismo que pueda ofrecer el servicio, donde podamos obtener vientres nuevos, algo con lo que sí cuentan en el sector del cerdo y el pollo, por ejemplo. Esto nos obliga a tener que hacer nuestra propia reposición interna, que en el año es del 120%”, manifestó el titular de Granja Cunícola Los Olivos.

Y analizó que “este mercado ofrece posibilidades para el que quiera invertir. Para que sea rentable se necesitan por lo menos 150 madres de producción. Con esto se puede hacer un negocio sustentable. Pero se tiene que entender que hasta que se obtengan las primeras crías no pasan menos de 6 meses, que es cuando se puede empezar a recuperar la inversión con la venta de los primeros conejos”.

Datos del sector

Manzano explicó cómo es el proceso de producción en el sector: “Una coneja para preñarla tiene que tener 4 meses vida y 80 días de engorde. A eso se le suman 31 días de gestación".

Y agregó que "cada madre puede tener en promedio alrededor de 7,5 conejos, aunque al gancho por hembra llegan 6. Con una tasa de natalidad del 70%; es decir, de las 550 que tengo quedan preñadas un 60%. Es importante aclarar que mientras que su estado sanitario sea perfecto se puede inseminar las veces que quiera".

“Por último, se calcula que hay hembras que duran año y medio y otras sólo un parto. En promedio hablamos de que una coneja tiene entre 4 o 5 partos de promedio en su vida. Por eso es tan alta la tasa de reposición”, finalizó Manzano.

Desarrollos locales

INTA Mendoza lleva adelante acciones de acompañamiento y apoyo al sector desde 2003, momento en el que en Argentina se aplicaron políticas de autoempleo y se exportaba conejo a Europa. Se llevaron a cabo diversas actividades con respecto a la organización del sector a través de la implementación de un proyecto, principalmente en los departamentos que corresponden al oasis norte de la provincia; cuya responsable fue hasta este año Quagliariello.

Hace exactamente 10 años, en 2006 se estableció un Módulo Experimental de Cría de Conejos, con el fin de abastecer demandas locales de reproductores de raza neozelandés y californiano, que son conejos blancos.

Además, se trabajó de manera articulada con la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, en diversas investigaciones relacionadas con el aprovechamiento de residuos de la agroindustria en la elaboración de alimentos balanceados con el fin de bajar los costos. También se puso a punto un prototipo local de producción de alimento en pequeña escala, que está finalizado.

Actualmente, las actividades que son llevadas a cabo están vinculadas con el Programa Prohuerta, en relación a la producción de conejos para autoconsumo, cuya responsable es Ana Manduca.

Cómo usan el cuero

Pero no sólo la carne es lo que se puede aprovechar. Quagliariello contó que “se usa el cuero también. Sin embargo, debido a que no están los circuitos desarrollados en Mendoza para su industrialización, se vende a Buenos Aires como cuero seco; y a partir de su pelo se fabrican fieltros para hacer sombreros”.

Y agregó que “también se aprovecha el estiércol, que es de excelente calidad, semejante al de cabra, por su composición física y química. Se vende localmente como abono para diversos cultivos locales”.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA