La Tunita, pinturas rupestres que datan del 450 al 950 dC. Según el descubridor del enclave -Lic. Nicolás de la Fuente- "La Tunita, es único por la claridad del mensaje de las imágenes que alberga (...) el paisaje con plantas alucinógenas, el cebil y el San Pedro, indica que debió ser un centro clave para el mundo simbólico-religioso de La Aguada".
El hombre en sus escritos distinguió que "la eventual asociación humano-felino con el consumo de alucinógenos, la variedad de las figuras, los tocados, el tamaño (muchas figuras superan los 100cm. de altura) y la indudable filiación contextual de estas imágenes convierten a La Tunita en un centro dentro del arte rupestre americano". Esas mismas figuras -jaguares, serpientes y chamanes, etc- aparecen en otros elementos como cerámica y metales.
La Candelaria. Se infiere que este sitio, por estar alejado del área de viviendas, fue un lugar ceremonial, de sacerdotes o chamanes. En las imágenes que pueden verse se destaca lo ritual propio de esa cultura.
Describen rituales chamánicos con seres humanos con cabeza de felinos, serpientes, pumas, llamas, etc.. También hay una especie de baile compuesto por filas de hombres con máscaras, marcando un tiempo tardío en su realización, se estima del 700 al 1300 d.C.