Por Jorge Sosa - Especial para Los Andes
Se presentaron todos juntos en actitud peronista: “Todos unidos triunfaremos”, en un lugar que no daba para tanto, por lo que aparecieron amontonados como una manada de elefantes adentro de una cabina de un locutorio. Se presentaron serios, solemnes, como si fueran a cantar el himno, pero ellos no son de cantar el himno ni siquiera adentro de la cancha.
Entonces habló el capitán para decir que habían decidido no hablar más con el periodismo, se entiende que con el periodismo argentino, porque no bien llegaron a los países que los albergan hablaron con los periodistas de esos lugares, incluso largamente. Pero aquí no, aquí habló su capitán, que como orador es el mejor delantero del mundo, para decir que estaban enculados.
Como los chiquitos ¿vio? Cuando un culillo se encapricha con algo por cuestiones que no obtuvo o retos que recibió pone cara de doble nalga y expresa con palabras de dorso, pocas pero hirientes, lo que siente. Y lo que dijo Messi, haciendo un compendio, fue lo que dirían los culillos en circunstancias parecidas: “estamos enculados”.
Uno acepta que puedan estar enojados y aún furiosos con un periodista que se haya pasado de límite, que haya dicho un exabrupto, o con varios periodistas que los hayan atacado sin piedad durante el último tiempo, pero no entiende por qué tienen que agarrárselas con todos, cuando todos, en su conjunto, son los que le dieron trascendencia, los que los colocaron en el sitial más alto de la consideración mundial y en no pocos casos, la acción del periodismo los hizo valorar sus honorarios de una millonaria manera. Pero como suele ocurrir con los millonarios optaron por una actitud corporativa e impusieron su fama y su prestigio por encima de cualquier otra valoración.
No voy a defender al periodista que se metió en cuestiones que ellos, o varios de ellos, catalogan como extradeportivas. Eso lo resolverá la señorita Justicia. (Digo señorita porque la Justicia no debe casarse con nadie).
La justicia dirá si lo publicado por el colega entra dentro del concepto de calumnias e injurias, o si estuvo acertado en lo que dijo. Es cuestión de la justicia, no del enculamiento de una serie de muchachitos que no admiten las críticas a una derrota porque detrás del enojo, sin dudas, está las críticas que les llovieron después la goleada que les (nos) propinó Brasil.
Mi opinión sobre el nivel del periodismo actual es muy crítica, si bien reconozco que hay colegas que dignifican la profesión, descubro a muchos que la sacrifican, hasta en el sujeto y el predicado, hasta el la gramática y los títulos, hasta en la oratoria y el relato.
Dijo Messi, en nombre todos, que tomaban lo dicho como algo extradeportivo. Ahora ¿Hasta dónde lo extradeportivo es extra deportivo? Si un jugador de fuste se emborracha la noche anterior a la final del mundo ¿Esto no afecta al deporte que tiene que desarrollar? No incide el haberse cuidado para ese especial momento?
Actuaron como pendejos enculados y deberían saber que, a quien están castigando con su actitud, es al público, al pobre público que los sostiene, los sufre, los putea, los ama y siempre espera de ellos una satisfacción que no le dan los gobiernos.
Pues así como el gobierno tiene la obligación de publicar sus actos, ellos también la tienen. ¿O quienes se creen que son? ¿La última coca cola del picnic?
En fin, así es la democracia, hasta los millonarios tienen derecho a enojarse.