El último domingo de junio fui con familiares a El Manzano Histórico a comer un asadito. Hacía un frío atroz. Una vez hecho el fuego y preparada la mesa, nos vimos rodeados de unos diez perros abandonados, famélicos. Tratando de complacer a todos, repartí algunas sobras, en forma equitativa. Sólo un descanso entre tanta hambre. Concurrí a la Delegación Municipal, donde fui atendido gentilmente por la señora delegada, a quien impuse de la situación. Me explicó que el municipio tenía un programa de esterilización, pero que los dueños eran muy desaprensivos y siguen abandonando a sus mascotas.
Descarto que el profesor Aveiro tiene un sinnúmero de situaciones que atender en la comuna, muchas de extrema dificultad. No obstante, sería importante que, amén de las esterilizaciones que se efectúan, se ocupen de los numerosos canes que deambulan sin hogar, comida ni atenciones básicas. Reconozco el trabajo que desde el Estado se está haciendo. Pero era realmente desgarrador ver a todos esos pobres diablos pelearse por migajas, amén del riesgo que ello conlleva para los visitantes. Es menester, además, llamar la atención a los vecinos, que en forma irresponsable abandonan a sus perros a su suerte. Algunos ejemplares eran de raza, lo que indica que había algún origen casero.
Debemos tomar conciencia y hacernos cargo de esos animales que necesitan no sólo un plato de comida, sino también afecto y un hogar donde cobijarse. Cuando todos tomemos conciencia de ello, tendremos una sociedad mejor, incluidas nuestras queridas mascotas.
Claudio Rubén Levy
DNI: 16.767.512