La idiosincrasia de la política de Mendoza, en una muy apretada síntesis de sus rasgos sobresalientes, se puede caracterizar por la convivencia civilizada entre los actores de la misma, la cual descansa sobre tres pilares fundamentales: l) el accionar del Gobierno, 2) el modo de manejarse de la oposición que aspira a alcanzar el poder, y 3) la ciudadanía que da sustento a ese modo del ejercicio de la praxis política.
La prensa nacional siempre ha destacado esta características de la política mendocina y resaltó, como un ejemplo, la convocatoria del ex Gobernador Jaque a todos los gobernadores de períodos anteriores, para intercambiar opiniones de una agenda de temas centrales de la provincia.
A esa reunión concurrieron todos los convocados (no abro juicio sobre el resultado).
Octavio Bordón, Rodolfo Gabrielli y Arturo Lafalla -peronistas los tres- que tomaron medidas económicas completamente diferentes a las implementadas por el Dr. Llaver -radical y primer gobernador a partir de la vuelta a Democracia-, siempre dispensaron al mismo un trato público cordial, de respeto y consideración.
En los actos preelectorales de épocas recientes, las críticas de la oposición siempre han sido al gobierno de turno y a su partido y el oficialismo critica a la oposición por sus propuestas y los errores cometidos por los gobiernos de su signo. No se personaliza y mucho menos se agravia.
No soy ingenuo. Nuestros políticos lejos están de ser ejemplo de virtud. Ya en los corrillos comiteriles circula la vida privada de los adversarios, sin ninguna indulgencia. Pero el trato político público civilizado que caracteriza a nuestra a nuestra idiosincrasia política se ha impuesto siempre sobre algunos intentos perversos para sacar provecho personal.
El vigor de la idiosincrasia política de la provincia recibió un golpe muy peligroso el 16 de julio de este año, cuando el Intendente de la Capital, Victor Fayad, convocó a la prensa a la inauguración de un servicio municipal menor, pidiendo que no faltaran porque tenía "una bomba" para que los medios la difundieran.
"La bomba" era un ataque personal al candidato Cobos. No ahorró calificativos agraviantes en una alocución en la que puso un énfasis lleno de odio para intentar descalificar al adversario con una denuncia completamente insustancial .
El ataque personal al adversario lo inauguró Fayad, lo siguió Iglesias con una injuria, que Cobos no llevó a la Justicia pero un fiscal debió actuar de oficio, ya que aquél puso en duda el honor del ex vicepresidente, al manifestar que pudo haber cobrado coimas para su voto no positivo a la Resolución 125/08 ("porque había muchos intereses en juego y corría mucha plata").
Como si fuera poco, el Gobernador se refirió en términos descomedidos al ciudadano Cobos y finalmente, en un acto público en San Martín (según la prensa), utilizó términos de barra brava para referirse al ex gobernador, ex vicepresidente y actual candidato a diputado nacional.
En este tramo de la campaña para las elecciones del 27 de octubre, si se recurre a esta lamentable forma de conducirse por parte de uno o varios candidatos de cualquier partido, corremos el serio riesgo de perder algo muy importante del patrimonio cultural de la provincia.
Bautista Rubén Morales - LE 6.936.604
