Las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte en el mundo y también en el país. Sin embargo, prevenirlas en gran medida depende del compromiso de cada uno. En este sentido, conocer “nuestros números” es una gran herramienta.
Una importante proporción de los factores de riesgo pueden medirse por lo que controlarlos es más fácil. Tabaquismo, hipertensión, colesterol elevado, diabetes, obesidad, estrés y sedentarismo, entre otros, son predisponentes.
La famosa pancita (que puede ser mayor y no calificar como tal) es un indicador de riesgo cardiovascular, por eso se subraya que cuando el sobrepeso se presenta con particular acumulación de grasa abdominal es una señal de alarma en este sentido. Tomar el centímetro es una buena “medida”: cuando el diámetro abdominal supera los 102 cm en el varón y los 88 cm en la mujer habrá que generar cambios y realizar controles médicos.
Por otra parte, “la Asociación Americana del Corazón llama a conocer nuestros números: qué presión arterial se tiene, cuánto pesás, cuál es tu colesterol y tu nivel de azúcar”, señaló el cardiólogo Alejandro Saracco, referente del programa de Prevención Cardiovascular del Ministerio de Salud.
“La gente no tiene el hábito de controlar anualmente su salud cardiovascular. Como la enfermedad coronaria es asintomática, se esperan los síntomas y se llega tarde”, destacó el profesional.
Para generar conciencia respecto del impacto y educar en prevención es que se ha establecido el 29 de setiembre como Día Mundial del Corazón
Cada 7 minutos
En los próximos 7 minutos morirá un argentino por alguna falla cardiovascular. Lo mismo ocurrirá los próximos 7 y así sucesivamente. Es un cálculo relativo a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación en función de lo cual se estima que en ese lapso muere alguien en el país por esta causa. En 2015 fallecieron 71.893 personas debido a esto, de donde se desprende esta proporción y lo que resulta en 197 personas fallecidas cada día.
Las enfermedades del corazón comprenden los síndromes coronarios isquémicos agudos, las enfermedades isquémica crónicas, enfermedad hipertensiva, insuficiencia cardíaca y las restantes patologías cardíacas.
Para tener una noción de la magnitud de la problemática basta saber que se producen anualmente unos 50 mil infartos que a su vez son responsables de más de 17 mil decesos, según señala un informe del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
“Cuando hablamos de la mortalidad por enfermedades coronarias no estamos tomando las enfermedades cerebrovasculares, cuya principal manifestación es el ataque cerebral o stroke. Sin embargo, el corazón es responsable del 22,9% del total de muertes por causa definida, contra el 20,9% de todos los tipos de cáncer y el 17,9% de las enfermedades respiratorias”, subrayó el doctor Alejandro Cherro, cardioangiólogo intervencionista y presidente de la entidad nacional.
Pero el asunto no es sólo el desenlace fatal sino que, sin llegar a él, la patología puede conllevar comorbilidad que afecta la calidad de vida. “La enfermedad coronaria genera daño en el músculo cardíaco que, según el tamaño y la extensión, predispone a la aparición de insuficiencia cardíaca que, según el grado, genera morbilidad; a mayor grado disminuye la calidad de vida, la capacidad de hacer esfuerzo, fatiga y aumento de chances de mortalidad”, detalló Saracco.
Conocer los síntomas
Además de implementar prácticas tendientes a la prevención, los médicos destacan la necesidad de estar atentos a los síntomas para recibir atención médica lo antes posible. Es que mientras más tiempo se demore en acceder a ésta, mayores serán los daños.
Los procesos cardiovasculares suelen ser silenciosos hasta que se desencadena alguna reacción. Pero en caso de infarto, el síntoma típico es un intenso dolor en el pecho de tipo opresivo y acompañado de sudoración. Éste se irradia a la garganta, hombros o brazos (en el primer caso es cuando se requiere una atención mucho más rápida).
Si persiste el dolor más de diez minutos entre la mandíbula y el ombligo puede ser un infarto de miocardio. En ese caso se requiere la atención profesional inmediata.
Vale recordar que hace un par de años el hospital Central realizó un video explicativo sobre los síntomas que sigue siendo vigente y muy útil. Puede verse en YouTube como “Video Hospital Central Infarto Miocardio”.
Alarma mundial
Si bien hasta hace algunos años afectaba mucho más a los varones, actualmente las mujeres se encuentran casi con las mismas chances de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Asimismo, las condiciones de vida de la época suman factores de riesgo. Esta situación es motivo de preocupación a nivel global por lo que la Federación Mundial del Corazón lanzó una campaña que apunta a reducir 25% la mortalidad por esta causa en 2025. Adhieren a esta entidad organizaciones de diversos países, entre ellas la Sociedad Cardiológica Argentina y la Fundación Favaloro.
El foco está puesto justamente en los factores de riesgo que son modificables básicamente con cambio de hábitos y controles médicos adecuados.
En este sentido, la campaña que realiza la Fundación Favaloro llama a trabajar desde la infancia y señala que es entre los 2 y los 5 años cuando se crean hábitos más fácilmente. Luego es más difícil adquirirlos y modificarlos.
Tener en cuenta
Evaluar las condiciones de salud corresponde al profesional médico que considerará aspectos como la edad, el sexo o la altura para determinar la aceptabilidad de los valores que tenga el organismo. De todas formas, a modo de parámetro general, puede tenerse en cuenta qué es lo que se considera saludable:
-Glucosa: por debajo de 100 mh/dL (en ayunas)-
-Colesterol: por debajo de 200 mg/dL
-Presión arterial: por debajo de 140-90 mm Hg
-Sobrepeso: Un índice de masa corporal (IMC) por debajo de 25. Éste se obtiene considerando el peso en kilos y dividiéndolo por la talla (altura) al cuadrado. Puede accederse en internet a algunas páginas para calcularlo como www.calculoimc.com.
-Consejos: se recomienda evitar el tabaquismo y realizar actividad física periódicamente.