Cuando un producto es tan famoso como WhatsApp, ciertas problemáticas son esperables. El famoso mensajero instantáneo posee una cuota de mercado envidiable por cualquier otra aplicación para chatear.
Mil millones de suscriptores activos (una cifra más que impresionante) disfrutan día tras día de la app que hizo famosos a los dobles tildes y las horas de última conexión. Claro que cuando un programa informático maneja un número tan grande de usuarios empiezan a aparecer aquellas amenazas que pretenden tomar provecho de la situación.
Una nueva estafa está circulando en Internet, y utilizando el desconocimiento del usuario y la fama de la aplicación WhatsApp, logra dañar seriamente el crédito de la línea telefónica, o generar cargos impresionantes. ¿Cómo nos protegemos?