La Ciudad de Mendoza está procurando ordenarse y la tarea en ese sentido es muy ardua, en especial porque tiene, entre otros factores, un tránsito complicado por llamarlo de una manera benigna, ya que en muchas horas del día es caótico.
Además se debe considerar la abundancia de obras en infraestructura, que causa no pocos inconvenientes de circulación al usuario, que se encuentra a veces encerrado y con escasa conectividad por las arterias bloqueadas.
Sin embargo, esta situación pasará y la modernización que implican los trabajos encarados en calles, plazas y otros espacios públicos, redundará en afirmar una ciudad con identidad y fuerte atractivo para el turismo.
Este comentario previo sirve de introducción para comentar una de las últimas medidas municipales: el retiro del ámbito capitalino de los cuidacoches privados que actuaban en las calles por fuera del Sistema de Estacionamiento Medido y cobraban por su servicio.
La medida que propuso el intendente Rodolfo Suárez y que convalidó el Concejo Deliberante, aunque sólo con la mayoría oficialista, respondió a un pedido de sectores vecinales y de asociaciones que defienden los intereses de los comercios.
El objetivo de este proyecto es que no se cobre en lugares donde no haya estacionamiento medido oficial.
La decisión recuerda en parte lo ocurrido hace ocho años cuando en la gestión del fallecido Víctor Fayad, luego de fuertes protestas, idas y contramarchas, se logró impedir la venta callejera de los más variados artículos, y habilitar lugares especiales para que esos comerciantes informales se establecieran normalmente y pagaran los impuestos correspondientes.
En el caso que comentamos, actualmente se está en el proceso de reacomodar a unos 300 trabajadores informales que actuaban como cuidacoches.
El municipio sabe que la disposición conlleva un fuerte impacto social, por las familias que se verán afectadas con esta imposibilidad de seguir obteniendo un recurso, por eso la idea es capacitarlos en el rubro de la construcción ya que en el municipio y la provincia hay actualmente diversas obras públicas con necesidad de trabajadores.
Para que las empresas contraten a estas personas, la comuna primero capacitaría a las personas y luego se haría cargo del sueldo durante tres meses de estos nuevos empleados.
Probablemente se comprenda que los interesados señalen que esto no alcanza y que ha cercenado sus posibilidades de obtener un sustento, pero lo cierto -y dicho por comerciantes y propietarios de vehículos- es que en muchos casos los ahora desplazados actuaban con prepotencia, bajo la extorsión y lindando con hechos al margen de la ley, como agresiones a quienes no querían pagar lo que se les requería.
No todos, debe aclararse, no todos… porque en ese lote de trabajadores había (hay) gente que solo quería obtener un dinero para mantener su hogar y no faltaban quienes se solventaban estudios por servicios de cuidado de automóviles a cambio de dinero.
Las zonas más afectadas por esta labor informal eran las calles Arístides Villanueva, Las Heras, los parques Central y O'Higgins, y las inmediaciones de los estadios de fútbol capitalinos, en especial el Malvinas Argentinas.
En síntesis, lo que se aguarda ahora, tras subsanar una situación que no era la deseada para una ciudad ordenada, además de ilegal, es que haya una adecuada reinserción socio-laboral para todos aquellos jóvenes (y no tanto) que ya no podrán realizar la tarea que hacían, y que puedan tener una opción de empleo en reemplazo de lo que hacían.
El momento es difícil en un contexto de poco trabajo privado. Habrá que hacer el esfuerzo para que personas en situación de dificultad económica no prosigan en tareas marginales, lo que es una posibilidad.
Además, ponemos énfasis en ayudar a los que sinceramente se lo merecen y que dentro de todo trabajaban honestamente, como pueden dar fe muchos usuarios.
