Una semana después de que Puerto Rico votara por primera vez en su historia a favor de la anexión a Estados Unidos surgen análisis que ponen en duda el triunfo real de esta opción, lo cual presagia que en 2013 el Congreso en Washington ignorará el voto de esta isla caribeña.
El referéndum de la semana pasada sobre la relación que quieren los puertorriqueños con Estados Unidos consistió en dos preguntas que los opositores calificaron de antemano confusas: la primera, si la ciudadanía estaba de acuerdo con la situación actual de Estado Libre Asociado (ELA), donde 52% respondió que “No”, coincidiendo así independentistas y anexionistas.
La segunda pregunta se centró en consultar si querían la “estadidad” (anexión a Estados Unidos), la independencia o un Estado Libre Asociado Soberano, algo que en derecho internacional daría más autonomía a Puerto Rico, en una especie de alianza con Estados Unidos.