Ni bien el proyecto fue presentado en la Cámara de Diputados del Congreso, los argumentos que lo cuestionan no tardaron en multiplicarse.
Es que, en sintonía con el pedido del Frente Villero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -tal como es denominado este movimiento barrial- un grupo de legisladores busca impulsar una ley para instituir el 7 de octubre como el Día Nacional de los Valores Villeros.
Se trata de una iniciativa que ayer fue debatida en la Comisión de Legislación General de Diputados, que preside la legisladora mendocina Anabel Fernández Sagasti y ya cuenta con un dictamen que podría abrir el camino para que el proyecto sea tratado en la próxima sesión de la Cámara baja, prevista para el miércoles que viene.
Según explicó Sagasti, en líneas generales, la propuesta -que fue presentada por el diputado del Frente para la Victoria y líder de La Cámpora, Andrés Larroque- se plantea por un lado, como una manera de hacer visibles los aspectos positivos que se vivencian entre los sectores más postergados.
Pero además, la idea es concebida como un medio que permita contrarrestar la connotación estigmatizante que guarda el término “villero”.
Justamente, la fecha dispuesta para declarar un día especial a los “valores villeros” es el día del nacimiento del padre Carlos Mugica, sacerdote fallecido en 1974, cuya labor por las familias de sectores más vulnerables se recuerda hasta hoy.
“Se trata de una batalla cultural, porque el objetivo es quitar de la sociedad la idea de que las personas que viven en los asentamientos son delincuentes o vagos. En realidad, la gran mayoría son familias que trabajan desde las seis de la mañana para salir adelante y es mínima la proporción de los que están al margen de la ley”, dijo la legisladora desde Buenos Aires, en comunicación telefónica con Los Andes.
Entre los valores a los que el proyecto de ley hace referencia y que con la instauración de un día especial se busca destacar, figuran “la solidaridad, la humildad y el interés por lo colectivo”.
Los primeros en poner el foco en la denominación que se propone para este día fueron los legisladores de los partidos opositores, quienes manifestaron la necesidad de reemplazar el Día Nacional de los Valores Villeros por el Día Nacional del Compromiso Social y Comunitario.
De hecho en nuestra provincia, quienes trabajan de cerca con las problemáticas sociales en los sectores más necesitados coinciden en que esa denominación podría tener el efecto contrario al que desean lograr sus impulsores.
Pero además hay un planteo más profundo: ¿Hasta qué punto la existencia de una ley de ese tipo beneficiaría en su realidad cotidiana a las familias que no cuentan con una vivienda ni trabajo adecuado a sus necesidades? La respuesta, por parte de quienes recorren a diario los barrios más pobres de la provincia es que no.
“No creo que sume mucho una modificación en una denominación si no se proponen otros cambios de fondo y más urgentes”, destacó un referente social de Las Heras, y agregó que no sólo el nombre “valores villeros” guarda en sí mismo una estigmatización, sino que el objetivo de aquellos que buscan un mejor porvenir para las familias vulnerables es de hecho, que cambien su condición.
Desde una visión más analítica, algunas voces rescatan además que la realidad argentina en la época en que vivió el padre Mugica es muy diferente a la actual. Ocurrió que la marginalidad y la exclusión se profundizaron en los ‘90, deteriorando el tejido social.
“El neoliberalismo trajo consigo la cultura de la delincuencia. Por eso, lo que proponían los sacerdotes como Mugica, y en Mendoza el padre Jorge Contreras, era revertir esa problemática”, explicaron.
En ese sentido, Sagasti defendió su postura y aclaró que lo que plantean los legisladores kirchneristas coincide con una concepción de trabajar en las villas para urbanizarlas y no para erradicarlas.
“Por eso es muy importante empezar a sacar el estigma social que pesa en estos sectores”, expresó la legisladora.
Pablo Flores, quien desde hace varios años viene trabajando desde el arte para lograr la reinserción social de las personas que viven situaciones de marginalidad, opinó que la propuesta es viable en la medida que busca revalorizar los aspectos positivos que se construyen entre las familias que más necesitan.
“En los sectores más pobres, las necesidades están a flor de piel y las iniciativas para ayudar son más cotidianas que en en la clase alta y media. Pero creo que es contradictorio crear un día con ese nombre, porque de ese modo se está excluyendo más a quienes viven en las villas. Además, lo que no queremos es que haya más familias que vivan situaciones de pobreza extrema”, dijo Flores.