Cuba y Venezuela ¿por caminos diferentes?

Mientras Cuba parece dispuesta a ampliar la apertura económica para generar más inversiones, Venezuela profundiza algunas medidas populistas, como la de obligar a los propietarios a vender sus viviendas a los inquilinos.

Cuba y Venezuela ¿por caminos diferentes?

De acuerdo con lo señalado por algunos historiadores, la buena relación diplomática entre Cuba y Venezuela se remonta a la época en que Simón Bolívar comenzó su campaña libertadora, y hasta se asegura que José Martí, ideólogo de la Revolución Cubana, mantuvo un estrecho contacto con intelectuales venezolanos durante una época de su vida en que residió en Venezuela.

Pero de lo que no caben dudas es que esas buenas relaciones se fortalecieron cuando Hugo Chávez impulsó la denominada "Revolución bolivariana". Sólo cabría recordar que, además del intercambio de militares y profesionales y del aporte de petróleo para cubrir las necesidades de la isla, el líder venezolano eligió a Cuba para el tratamiento de su enfermedad y fue allí donde pasó gran parte de sus últimos días de vida.

Sin embargo, a poco de cumplirse un año del fallecimiento de Chávez, aquellas coincidencias que se mantuvieron durante más de diez años han comenzado a debilitarse. Porque mientras Cuba ha decidido abrir parte de su economía para favorecer la inversión extranjera, todo lleva a indicar que en Venezuela su presidente, Nicolás Maduro, ha decidido profundizar su propia "revolución", a través de medidas que intentan reafirmar el corte populista en momentos en que los reclamos de quienes no coinciden con su política se multiplican a lo largo y a lo ancho de su país.

Si bien la situación política en Cuba no se ha modificado -no hay ningún miembro opositor en un Parlamento integrado por 612 diputados- en los últimos años, especialmente luego de la desintegración de la Unión Soviética, se advierten cambios en el plano de la economía. Se iniciaron con la autorización, a cadenas españolas, para la explotación turística en la zona de playas y continuaron luego con permisos a los propios cubanos para que puedan trabajar en emprendimientos gastronómicos o en la fabricación de artesanías o ropa.
 
Estas decisiones no surgen fruto de la casualidad sino presionadas naturalmente en la medida en que los cubanos tuvieron acceso a conocer la realidad de otros países, como consecuencia del ingreso masivo de turistas a la isla. Quizás para coronar esa apertura, ahora el Gobierno castrista impulsó una denominada Ley de Inversión Extranjera, con el objetivo de atraer capitales y elevar el crecimiento económico. La norma legal garantiza que las inversiones no serán expropiadas y las exime de impuestos durante ocho años, los que serán liberados si se reinvierten las ganancias en la isla y sólo están excluidas las actividades relacionadas con la educación, la salud y la defensa.

En el caso de Venezuela, las incongruencias que el actual presidente Nicolás Maduro mostró durante la campaña electoral se profundizaron en este primer año de gestión. Ocupado en disolver "conspiraciones", que ve hasta en los crucigramas de algunos periódicos, el jefe de gobierno venezolano va adoptando medidas que no hacen más que alarmar a posibles inversores, todo ello enmarcado dentro de un clima social cada vez más comprometido, con opositores expulsados de sus bancas en el Parlamento o bien encarcelados bajo cargos insólitos como el de traición a la patria por el solo hecho de no coincidir con el oficialismo.
 
Para coronar las medidas, ahora Maduro ha decidido obligar a los dueños de inmuebles a venderlos a los inquilinos, en lo que constituye un nuevo y enorme avance sobre la propiedad privada.

Dos realidades económicas diferentes que no dejan de preocupar. Si bien es cierto que se ha avanzado en Cuba y se ha retrocedido en Venezuela, sus habitantes están afectados por gobiernos autoritarios que no se condicen con lo que está pasando en el resto del mundo y es responsabilidad del resto de los países latinoamericanos en la necesidad de presionar a los efectos de que se respeten las libertades individuales en cada uno de ellos.

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