Cuba inició una nueva era en seis décadas de revolución: el octogenario general Raúl Castro entregó la presidencia a Miguel Díaz-Canel, un civil casi 30 años menor comprometido a dar continuidad al legado de sus antecesores y a reformar el modelo económico socialista.
En su primer discurso como gobernante ante la Asamblea Nacional, aseguró que Cuba seguirá siendo "verdeolivo", y que tendrá a Raúl como guía, en una señal hacia el ala dura revolucionaria de militares históricos, más reacia a sacrificar el legado socialista bajo la espada de las reformas.
"El mandato dado por el pueblo a esta legislatura es dar continuidad a la revolución cubana en un momento histórico crucial, que estará marcado por todo lo que debemos avanzar en la actualización del modelo económico", dijo tras conocer el resultado de la votación en la Asamblea.
Para el nuevo presidente, su antecesor Raúl Castro, quien permanece como jefe del Partido Comunista (PCC, único) hasta 2021, "encabezará las decisiones de mayor trascendencia".
El cambio de mando fue sencillo, sin pompas, pero muy aplaudido. Tras alzar el brazo izquierdo de su sucesor, Raúl Castro dejó su asiento en la mesa principal del Palacio de las Convenciones de La Habana, el que fue inmediatamente ocupado por Díaz-Canel. Al lado permaneció la silla vacía de Fidel Castro, fallecido en 2016.
Con él fueron elegidos también los demás miembros del Consejo de Estado: el primer vicepresidente -el sindicalista afrocubano Salvador Valdés de 72 años-, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros. Los nuevos ministros se conocerán a mediados de año.
El nombramiento de Díaz-Canel fue saludado por sus aliados de China, Xi Jinping; Rusia, Vladimir Putin; Venezuela, Nicolás Maduro y Bolivia, Evo Morales.
Pero también por México, Panamá, España y Reino Unido. "Deseo al presidente Díaz-Canel éxito en su nuevo papel. Reino Unido trabaja de cerca con Cuba al tiempo que camina hacia una nueva fase", dijo un alto funcionario de la cancillería británica, Alan Duncan.
En la clausura, Raúl Castro dejó en claro que la elección de su sucesor "no es casualidad, sino que se previó. Dentro de un conjunto, el mejor según nuestra modesta opinión y del partido, ha sido el compañero Díaz-Canel", añadió.
El general de 86 años recordó que el partido preparó "a una docena de jóvenes, la mayoría de los cuales llegaron al buró político, pero no logramos materializar su preparación". Díaz-Canel "fue el único sobreviviente de ese grupo".
El nuevo presidente, que cumple 58 años hoy, tendrá que mantener el equilibrio entre la reforma y el respeto a los principios revolucionarios, pero deberá esforzarse por actualizar el modelo económico, un proyecto iniciado por Raúl.
"Buen muchacho", profesor e ingeniero electrónico
Sus vecinos lo recuerdan como aquel "buen muchacho" que andaba en bicicleta. Miguel Díaz-Canel condujo sobre ruedas su militancia en el Partido Comunista hasta convertirse en el sucesor y continuador de los Castro en Cuba, tras seis décadas de revolución.
Criado en Santa Clara, al este de La Habana, este ingeniero electrónico de 57 años nació después de la revolución y no porta los galones ni la fama de sus antecesores triunfadores de 1959. Gusta de los pantalones jeans y Los Beatles. Y quienes han alternado con él, confían en su buen trabajo.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, profesor universitario a inicios de su carrera, fue miembro del buró nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas y primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) de la provincia de Villa Clara en 1994, golpeada en ese entonces, como el resto del país, por la crisis que generó el fin del subsidio soviético.
"Es un gran muchacho, buena gente porque yo me acuerdo que la cafetería esa que está ahí, él fue el que la hizo y siempre estaba ahí metido en bicicleta y en short", cuenta el excombatiente Pablo Alfonso, en Santa Clara.
Ante la falta de combustible en la época, la bicicleta fue el medio común de transporte y al que un austero Díaz-Canel apeló. En 1992, el diario Juventud Rebelde destacó su "figura de Apolo y su brillantez cuando le tocaba hablar en público", además de su "fuerza, ímpetu y ternura".
Hoy, con el cabello cano, fue propuesto formalmente como el candidato único para suceder a los hermanos Fidel y Raúl Castro y validado por la Asamblea Nacional este jueves.