Enfrentados a complicadas condiciones de vida, los cubanos continúan emigrando masivamente 20 años después de que unas 37.000 personas se lanzaran al mar para intentar llegar a Estados Unidos, en la llamada “crisis de los balseros”.
La ola se generó en medio de una crisis económica y de la mayor protesta contra Fidel Castro, el 5 de agosto de 1994, y condujo a negociaciones secretas entre Cuba y Estados Unidos. Desde entonces el éxodo no ha cesado, aunque quedó atrás la fase más dura de la crisis económica.
Cuba emprendió reformas con el presidente Raúl Castro, quien sustituyó a su hermano Fidel en 2006. Pero cada año se van de la isla unas 40.000 personas, según cifras oficiales, sólo que ahora casi todos lo hacen en avión, de manera legal.
“El principal motivo para irme es económico. Todos sentimos que aunque uno es profesional, nos preparamos mucho y trabajamos duro, no nos alcanza con lo que ganamos”, dijo una profesora de 34 años, que está haciendo trámites para emigrar a Canadá.
“Veo a mis padres, que son mayores y que han estado con la revolución todo el tiempo, que han trabajado por ella, pero viven en condiciones que no son las mejores. Eso me molesta, realmente me molesta”, agregó, en alusión al salario promedio de 20 dólares al mes.
Desde 2011, los emigrantes no pierden sus casas y demás bienes, pues ahora Raúl Castro no los considera “traidores” o “gusanos”. Además, pueden visitar la isla cuando quieren.
“Me voy para estar con mis dos hijas, que viven desde noviembre en Miami” con su madre, explicó un ex técnico de un laboratorio farmacéutico de 55 años, que consiguió visa para un país centroamericano, desde el cual planea viajar a EEUU.
Después de la crisis de los balseros, unos 600.000 cubanos han emigrado legalmente, según cifras oficiales. Miami, donde viven un millón y medio de cubanos, sigue siendo su destino preferido, pero ha crecido el interés por España -pese a la crisis económica- y América Latina.
La provincia canadiense francófona de Quebec tiene un programa migratorio que también atrae a cubanos.
Aunque desde 2013 no existen barreras para viajar al exterior, hay cubanos que todavía optan por una balsa ante la imposibilidad de costear un billete aéreo o conseguir visa en otro país.
Los que llegan a Estados Unidos obtienen refugio, pero quienes son capturados en el mar por guardacostas estadounidenses son repatriados bajo la política de “pies secos/pies mojados”, que empezó a aplicarse tras la crisis de 1994.
Secuestros de lanchas
La crisis se desató tras la protesta del 5 de agosto de 1994 en el Malecón de La Habana, la mayor desde que triunfó la revolución en 1959.
Antes del amanecer, la policía desalojó a potenciales emigrantes del puerto, pero éstos se concentraron en el Malecón a la espera de yates que -según emisoras anticastristas de Miami- llegarían de Florida a recogerlos, como en el éxodo de Mariel de 1980. Sin embargo, los yates no llegaron.
Al mediodía comenzaron las protestas, con choques entre potenciales emigrantes y piquetes de policías y obreros movilizados por el gobierno. Los disturbios cesaron horas después cuando Fidel Castro llegó al lugar.
La tensión venía creciendo desde el 13 de julio, cuando un remolcador secuestrado por 68 personas para irse a Estados Unidos se hundió luego de que otras embarcaciones lo interceptaran para impedir su fuga, ahogándose 37 personas.
En los días siguientes hubo otros secuestros. Guardacostas estadounidenses interceptaron lanchas en el mar y acogieron a los secuestradores.
Castro exigió a Washington que no estimulara la emigración ilegal, pero el 12 de agosto, tras el intento de secuestro de un tanquero, ordenó a las unidades navales que permitieran las salidas de balseros.
Miles de cubanos se lanzaron al mar en los días siguientes. Se ignora cuántos murieron tratando de alcanzar Florida, a 150 km de Cuba.
El 19 de agosto el entonces presidente estadounidense, Bill Clinton, anunció que los balseros rescatados por la Guardia Costera serían confinados en la base norteamericana de Guantánamo (Cuba).
Mientras tanto, Clinton y Castro emprendieron negociaciones secretas, que culminaron el 9 de setiembre con un acuerdo que establecía que Washington otorgaría 20.000 visas de migración a cubanos cada año. Cuatro días más tarde, Castro prohibió de nuevo las salidas ilegales.
Recuerdo de la desesperación
El caso de Sergio Parodín es paradigmático y representa la desesperación de muchos cubanos en aquella época. A un mes de que su esposa y su hijo mayor murieran ahogados en el naufragio del remolcador, Parodín no lo dudó y se lanzó nuevamente al mar con su otro hijo hacia EEUU.
Según los sobrevivientes, fue atacado por otros barcos cubanos que lo hundieron. Perodín y su otro hijo Sergio, de 7 años, sobrevivieron asidos a una caja.
Los hechos en detalle
Hace 20 años, unos 37.000 cubanos se lanzaron al mar en precarias embarcaciones, en la llamada “crisis de los balseros”.
La siguiente es la secuencia de los hechos:
1994:
*13 julio: un remolcador es secuestrado por un grupo de cubanos para dirigirse a Estados Unidos, pero se hunde frente a las costas de La Habana luego de que otros barcos lo interceptan para impedir la fuga. Se ahogan 37 personas.
* 26 julio: una lancha es secuestrada, guardacostas norteamericanos acogen a tripulantes y secuestradores.
* 3 agosto: otra embarcación es secuestrada. Guardacostas estadounidenses la interceptan y reciben a los secuestradores.
* 4 agosto: nuevo secuestro de una lancha y otros intentos, con incidentes en que muere un policía.
* 5 agosto: en la madrugada, la policía desaloja a potenciales emigrantes de la zona del puerto, pero muchos se concentran en el Malecón a la espera de yates que, según emisoras anticastristas de Miami, arribarían a La Habana para recogerlos, pero no llegaron. Al mediodía comienzan las protestas, y también choques con piquetes de policías y obreros movilizados por el gobierno. Los disturbios cesan horas después al llegar al área el presidente cubano Fidel Castro.
* 6 agosto: nutrido despliegue policial y de obreros.
* 8 agosto: una embarcación es secuestrada en el puerto de Mariel. Muere un oficial. La lancha sale con 26 personas, que son interceptadas y recibidas por los guardacostas norteamericanos.
* 11 agosto: Castro exige a Washington que no estimule la emigración ilegal.
* 12 agosto: nuevo incidente con intento de secuestro de un tanquero. Castro ordena a las unidades navales permitir las salidas de los balseros.
* 19 agosto: el presidente estadounidense, Bill Clinton, anuncia que balseros rescatados en el mar serán confinados en la base naval de Guantánamo, extremo oriental de Cuba.
* 9 setiembre: ambos países firman una acuerdo migratorio, según el cual Estados Unidos entrega 20.000 visas de inmigración al año a cubanos.
* 13 setiembre: Castro deja de permitir las salidas ilegales.
1995:
* 2 mayo: se agregan medidas al acuerdo migratorio, según las cuales Estados Unidos repatriará a los interceptados en el mar y éstos deben ser recibidos sin represalias en la isla.
* 9 mayo: llegan a Cuba los primeros balseros repatriados por Estados Unidos.