El presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, dio un discurso en el Council of The Americas de Buenos Aires en el que se notó un claro intento de dar una señal hawkish, de mayor dureza monetaria. Allí, el titular de la autoridad monetaria evaluó en forma positiva los dos primeros meses del nuevo régimen monetario pero dejó algunas definiciones clave luego de que a principios de esta semana el peso argentino sufriera más de la cuenta un día negativo para monedas emergentes.
En el mercado, hay expectativa porque la tasa de referencia -la de la Leliq a 7 días que marca el costo que se paga por mantener a raya la cantidad de dinero- cayó 12 puntos porcentuales desde su máximo de octubre y, en diciembre, tiene la posibilidad de caer por debajo de 60%. Esto es porque el Comité de Política Monetaria se comprometió en agosto a mantenerla por encima de ese nivel hasta el fin de noviembre y porque el acuerdo con el FMI requería dos meses de baja de expectativas de inflacion, cosa que ya ocurrió, para perforar ese piso.
Sin embargo, el regreso de la volatilidad cambiaria en los últimos días forzó un discurso más duro del todavía flamante banquero central:
- "La inflación permanece alta y nuestra moneda todavía reacciona en exceso frente a shocks internos y externos".
- Este BCRA será muy cauteloso en los próximos meses. Somos plenamente conscientes de los riesgos a los que nuestra economía se enfrenta. Sólo aumentaremos la base monetaria si las condiciones lo permiten.
- En particular, diciembre es un mes de alta estacionalidad en la demanda de dinero. Por eso, nuestro objetivo de base monetaria es 6% más elevado. Sin embargo, de la misma manera que sobrecumplimos nuestro objetivo de base monetaria en los meses previos, también lo haremos en diciembre si percibimos que el aumento en la demanda de dinero no es el que proyectábamos.
- Este mismo criterio será aplicado si el tipo de cambio eventualmente se ubicara por debajo de la zona de no intervención. Expandiremos la base monetaria a través de la compra de divisas sólo a un ritmo consistente con el crecimiento de la demanda de dinero.
A continuación, reproducimos una transcripción no revisada de las palabras de Sandleris:
DISCURSO DE GUIDO SANDLERIS EN EL COUNCIL OF AMERICA´S
Buenas tardes. Es un placer estar aquí con ustedes en esta conferencia acerca del futuro de la inversión en Argentina.
El encuentro de presidentes del G20 tiene lugar durante un momento difícil para nuestro país. Estamos atravesando una recesión y en los últimos meses hemos experimentado una aceleración de la inflación y una aguda depreciación de nuestra moneda.
Tres elementos nos llevaron a esta situación: desequilibrios económicos heredados, shocks tanto de carácter global como doméstico, y nuestros propios errores.
Déjenme detenerme brevemente cada uno de ellos. En 2015 Argentina estaba en default, con un gran déficit fiscal, prácticamente sin reservas internacionales en el Banco Central, con controles de capital y alta inflación. Había también distorsiones de precios, especialmente en el sector energético, que generaron incentivos dañinos que hicieron que Argentina pasara de ser un exportador neto de energía a un importador neto.
Este legado dejó a nuestro país en una situación vulnerable a un repentino empeoramiento de las condiciones financieras internacionales, por su alta dependencia del financiamiento externo. Adicionalmente, el país enfrentó la peor sequía en décadas, que explica la pérdida de casi 10 mil millones de dólares de exportaciones este año.
También está claro que hemos cometido errores. El gobierno enfrentó los desequilibrios, pero subestimó la dificultad de corregirlos. En particular, no tuvimos la consistencia necesaria entre tres elementos de nuestras políticas: la velocidad de las correcciones fiscales y monetarias y los ajustes requeridos en las tarifas de los servicios públicos. También subestimamos la velocidad a la que cambiarían las condiciones financieras internacionales.
Esta combinación de factores nos condujo a meses de una significativa incertidumbre nominal. Puedo resumir lo que experimentamos en dos cifras: la inflación núcleo de septiembre fue de 7,6% mensual y el tipo de cambio aumentó casi 100% este año. Era bastante claro que Argentina necesitaba en forma urgente recuperar un ancla nominal.