La paridad de género que cuenta con media sanción de Diputados y tiene previsto tratar el Senado en noviembre representa un avance sobre la ley de Cupo Femenino, que obligó a incluir en las listas de candidatos a al menos un 30% de mujeres. Aunque el objetivo de representación se cumple en ambas cámaras del Congreso, no ocurre lo mismo en otros ámbitos de poder, como el gabinete nacional, la Corte Suprema de Justicia y los sindicatos.
La reforma electoral aprobada por la Cámara de Diputados señala en lo referido a paridad de género que las listas de postulantes a senadores y a diputados, parlamentarios del Mercosur y eventuales convencionales constituyentes estarán conformadas por hombres y mujeres de “manera intercalada desde el primer candidato hasta el último suplente”, de manera que haya un 50% de participación femenina en las nóminas.
Hoy hay 98 diputadas de un total de 257 (38%). Y 30 senadoras sobre 72 (41%). Bastante por encima del cupo actual, pero aún lejos de la paridad, más si se tiene en cuenta que según el Censo 2010, el 53% de la población es femenina.
La paridad de género está cumplida en la fórmula presidencial, con Gabriela Michetti de vicepresidenta, pero tanto en la presidencia provisional del Senado como las tres vicepresidencias están a cargo de hombres. En Diputados, el presidente del cuerpo es hombre, así como el vicepresidente primero. Recién la vicepresidenta segunda es la mendocina radical Patricia Giménez, y el tercero ya es otro hombre.
En las presidencias de las comisiones de ambas cámaras del Congreso los hombres también son mayoría. En Diputados, las mujeres presiden 14 de las 45 comisiones (31%) y en el Senado, 9 de 27 (30%). También del 30% es la representación en las presidencias de las bicamerales, 3 de 10.
Por su parte, en la primera línea del Gabinete de Mauricio Macri representan apenas un 11%: son 26 funcionarios, entre ministros, el secretario general de la Presidencia, el director de la AFIP, el director de la Anses y el responsable del Plan Belgrano. De todos ellos, sólo son mujeres la canciller, Susana Malcorra, y las ministras de Seguridad, Patricia Bullrich, y de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
En la Corte Suprema de Justicia, de los cinco vocales sólo una es mujer, Elena Highton de Nolasco. Es decir que en el máximo tribunal de la Nación la representación femenina es de un 20%. La mayor representación femenina se alcanzó cuando aún la integraban ella y la fallecida Carmen Argibay, dos mujeres y cinco hombres (28%).
En el mapa federal, en cambio, es destacable que nunca en la historia argentina ha habido tantas gobernadoras como ahora: Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Alicia Kirchner (Santa Cruz), María Eugenia Vidal (Buenos Aires), Lucía Corpacci (Catamarca) y Claudia Abdala (Santiago del Estero). Es decir que el 20% de las provincias están administradas por mujeres. Aunque es la cifra más alta, lejos está del 53% de población femenina que surgió del censo nacional.
También en los gremios la representación femenina es baja. El Consejo Directivo nacional de la CGT tiene 25 secretarios, de los cuales sólo las de Igualdad de Oportunidades y Género, Noemí Ruiz (modelos), y la de Salud, Sandra Maiorano (médicos), son mujeres. Es decir, apenas el 8%.
En la CTA, en tanto, las mujeres ocupan seis de las 23 secretarías del Comisión Ejecutiva Nacional: Sonia Noemí Alesso (Contabilidad y Finanzas), Edith Zapatero (Previsión Social), María Yamile Socolovsky (Formación), Estela Díaz (Igualdad de Género), Basilia Barriento (Pueblos Originarios) y Remigia Cáceres (Discapacidad). Esto significa una representación del 26%, por debajo del porcentaje establecido en la ley de Cupo Femenino, sancionada en 1991.