El jueves próximo comienzan las clases de apoyo para los alumnos de secundaria que tengan materias pendientes por rendir, y hay un dato que resulta más que llamativo: 42% de los estudiantes cerraron el 2015 en riesgo de repetir de año, teniendo en cuenta que se han llevado 3 o más materias. No obstante, se trata de un riesgo relativo ya que aprobando los espacios en diciembre pasado o durante los próximos días -e, incluso dejando hasta dos pendientes-, los chicos están en condiciones de pasar de año.
En tanto, 54% de los estudiantes secundarios mendocinos se llevaron al menos dos materias el año pasado, según se desprende de las estadísticas oficiales de la Dirección General de Escuelas. Esto significa que más de la mitad de los chicos mendocinos no completaron plenamente sus cursados el ciclo pasado.
Si se discrimina año por año, son los alumnos de primer año quienes más materias se llevaron y quienes en mayor riesgo de repetir están (62% y 52% de la matrícula respectivamente), seguidos por los de segundo y tercer año.
“Es muy importante que tanto los padres, alumnos y docentes entiendan la importancia de las clases de apoyo y contención, y participen. Muchas veces, los padres deciden no mandar a los chicos excusándose en que ya están mandándolos a maestras particulares, pero después no aprueban en los exámenes porque no saben qué es exactamente lo que tienen que estudiar.
En este espacio curricular se deben aclarar esas dudas, y los docentes también tienen que comprometerse, darles ejercicios y tomar -por ejemplo- el mismo examen que les tomaron en diciembre y no aprobaron. Es la forma de detectar qué es lo que no comprenden los chicos. No simplemente quedarse con preguntarles si tienen alguna duda, porque muchas veces por miedo o porque no tienen en claro el tema, los chicos no saben contestar sobre qué tienen dudas”, destacó la directora de Educación Secundaria Orientada de la DGE, Sara Lucero.
En detalle
Al 11 de diciembre pasado, en las escuelas secundarias de Mendoza la matrícula superaba los 58.000 estudiantes (sin contar en este registro los establecimientos técnicos ni privados). La cantidad de estudiantes va en orden descendiente teniendo en cuenta el año, por lo que es primero el que más alumnos tiene (cerca de 15.000) y quinto el que menos (aproximadamente 8.000).
Partiendo desde esta base, también es lógico entender que sea primer año el grupo con mayor porcentaje de alumnos que se llevaron dos o más materias, así como también aquellos que presentaban riesgo de repetir. No obstante, resulta llamativo lo que se observa en tercer año -o, mejor dicho con alumnos que están terminando tercero y con intenciones de comenzar cuarto-. Es que si bien la matrícula apenas supera los 12.000 estudiantes, 56%de los alumnos se llevaron 2 o más espacios, mientras que 44% 3 o más (y, por ende terminaron con probabilidades de repetir).
“Tenía muchas expectativas puestas en lo que pudiese pasar en tercer año, en mejorar resultados, ya que es clave por la edad de los chicos y la etapa en la que están. Pero se ve que finalmente no resultó. El año pasado se implementó un nuevo diseño curricular en este curso, y hubo jornadas con profesores y especialistas. Pero los resultados siguen siendo malos y la repitencia alta en tercero”, destacó la funcionaria de la DGE.
Con los alumnos de segundo, los porcentajes son similares (56% y 42% respectivamente, aunque aquí la matrícula supera los 13.000 chicos. Y quinto es el único curso en que el porcentaje de alumnos que se llevaron materias está por debajo del 50% (llega a 47% para ser más precisos). El grupo que está en riesgo de repetir de los alumnos de quinto apenas llega a 34%.
Marcos vive en Luján y técnicamente ya está en quinto año. Es que si bien llegó a diciembre pasado con tres materias pendientes, a fin de año sacó dos y solamente le queda Historia, espacio que rendirá durante los próximos días.
“Empecé a estudiar bien las últimas semanas de enero, dedicándole dos horas al día. Y más cerca de la fecha me voy a poner todo el día”, señaló el adolescente lujanino, un poco más tranquilo por haber salido ya de la categoría “en riesgo” de repetir. “Se me complicó bastante para estudiar en vacaciones, es muy difícil. Por suerte, pude irme de vacaciones con mi familia, pero tuvimos que hacer todo más corto para volver a estudiar”, agregó Marcos.
“Me llevé esas tres materias porque juego al hockey de forma federada, y justo para los últimos dos trimestrales estaba de viaje y no pude rendir”, agregó.
“Tengo que rendir Matemática y Química, y la verdad es que siento que estoy en el horno”, contó a su turno Javier, en un acto de ‘sincericidio’. No obstante, este adolescente de 16 años está se está preparando casi sin descanso. “Estoy yendo hasta a una profesora particular”, contó.
El período de apoyo se extenderá entre el jueves próximo y el miércoles 17. “Es muy difícil comparar exactamente con lo registrado en años anteriores ya que venimos de un traspaso. Pero desde mi lugar como supervisora veía lo que ocurría, y observo que el porcentaje de promoción y la tendencia se mantienen en los últimos años”, indicó Lucero, quien resaltó que en las mesas de diciembre es común que los chicos de años avanzados (tercero, cuarto y quinto) aprueben varios contenidos de los que se llevaron y lleguen más livianos a febrero.
“Los de primero y segundo, en tanto recién están empezando a rendir materias que se llevan y no tienen tanta experiencia, por lo que es común que no aprueben en diciembre y tengan que rendirla de nuevo en febrero”, dijo.
Docentes particulares
Otros protagonistas recurrentes al momento de rendir materias pendientes son los profesores particulares. Susana es una de ellas y, de hecho, no está dando clases en ningún establecimiento, sino que solamente se dedica a preparar estudiantes en Matemática y Física ("están entre las que más les cuestan a los chicos", reconoció).
“No estoy segura de que los chicos se lleven más materias o de que haya más chicos que tengan que rendir, pero sí es evidente que hay menos alumnos que se preparan particularmente. Y la mayoría de los que lo hacen llegan a último momento, como que los padres toman conciencia sobre la hora”, destacó la profesora, quien agregó que -a grandes rasgos- el nivel educativo de los chicos ha mejorado.
“Si se compara con antes, las escuelas públicas tienen una mejor preparación. Hay algunas que históricamente han estado muy bajas, pero se ve que han mejorado. La contrapartida está en algunas escuelas de la UNCuyo, donde se evidencia que el nivel de los docentes está un poco bajo”, indicó la mujer.
Internet como ayuda
Como en todos los planos de la vida cotidiana, en la educación internet también está presente. Tal vez omni presente, más aún de lo recomendable.
Así como no son pocos aquellos que intentan autodiagnosticarse una enfermedad “googleando” los síntomas (hábito poco recomendado si los hay), es muy común que los chicos hoy recurran a la red de redes para conseguir o complementar conocimientos.
“Cuando hay algo que no tengo en los apuntes, lo busco en internet. Lo hago en páginas conocidas, como Wikipedia por ejemplo, y después lo busco en otros lados como para reafirmar el dato y no quedarme con lo primero que encuentro. Lo hago con las materias más teóricas, como historia o geografía, y para sacarme dudas puntuales”, se explayó Marcos, quien está próximo a comenzar quinto año.
“Muchos chicos recurren a tutoriales de Youtube o a internet para terminar de entender algunos temas. Yo lo veo mucho con materias como Física o Química, aunque eso no siempre es bueno porque no hay garantías de la información. Pero también he visto casos de chicos que han aprobado y terminado de aprender con algo que encontraron en internet. Si bien es útil, no habla muy bien del compromiso de algunos docentes, ya que tienen que ir a la web a buscar explicaciones que no encuentran en el aula”, continuó Susana, que trabaja como maestra particular.