En una AFA descabezada por la crisis, la dirigencia volvió ayer a demorar la creación de la Super Liga al entrar la Asamblea a un cuarto intermedio hasta el 11 de julio y delegó a una comisión de seis miembros la tarea de renegociar los ingresos de televisión con el gobierno nacional, dueño de los derechos de transmisión.
Sumar ingresos para achicar deudas y saldar necesidades es una exigencia de los clubes chicos y de categorías menores para dar vía libre a la Liga que quieren la mayoría de las instituciones de primera división.
La comisión para buscar una renegociación de los contratos de TV con el gobierno, a cargo de Fútbol para Todos, estará compuesta por los titulares de Boca, Daniel Angelici, de River, Rodolfo D’Onofrio, y de Independiente, Hugo Moyano, su yerno Claudio Tapia, como titular de Barracas Central, el vice de Chicago, Daniel Ferreiro, y el presidente del Consejo Federal, el santiagueño Pablo Toviggino.
Ayer por la tarde también fue la despedida de Luis Segura de la AFA, cediendo la titularidad de la Asamblea al presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata, Daniel Onofri, para “evitar que sea observada”, argumentó el ex dirigente de Argentinos Juniors, eyectado por una notificación de la FIFA un día antes de la final de la Copa Centenario.
Segura asumió que ve la situación de AFA ya “desde afuera” habida cuenta que, más allá de la imposición de FIFA, dijo que dejará de ser el presidente el jueves próximo.
En el salón de futsal del predio de Ezeiza hubo 67 asambleístas y tras cerca de media hora, salvo un dirigente, el presidente de Defensores de Belgrano, Marcelo Achile, los presentes acordaron un cuarto intermedio hasta el 11 de julio.
Achile dijo que los colegas de la mesa de la Primera B metropolitano se dieron vuelta porque no iban a votar el cuarto intermedio. “Me hizo acordar a la época de Grondona”, refirió el dirigente, cuando muchos cambiaban de posición tras las exigencias del otrora amo y patrón de la AFA.
Ir a cuartos intermedios en esta instancia fue acordado ayer en las oficinas del presidente de Huracán, Alejandro Nadur, para no dar por caída la Asamblea hasta tanto se vote a favor del cambio de estatuto y poder crear la Superliga.
Asimismo, ni siquiera Moyano pone en duda el nacimiento de la nueva liga pese a haber sido el dirigente más opositor a dar luz a la nueva criatura cuando los presidentes de los otros cuatro grandes fogoneaban su creación.
“Con la Superliga la gran mayoría está de acuerdo, ahora faltan las formas y los tiempos para realizarla”, añadió.
Por su parte, el presidente de Lanús, Nicolás Russo, le puso algo de luz a la estructura del próximo campeonato y garantizó su inicio más allá de las cuestiones dirigenciales.
“No veo una Argentina sin fútbol. El campeonato va a arrancar, soy optimista. El torneo va a ser de 30 equipos (29 fechas, con dos interzonales), con cuatro descensos y dos ascensos”, precisó.
Síntoma de una acefalía
El primer signo concreto de acefalía en la AFA se vio ayer en la asamblea cuando Luis Segura, a dos días de finalizar oficialmente su mandato, dejó aquella reunión bajo la responsabilidad máxima de Hugo Tomaghello, vicepresidente de Defensa y Justicia.
Tras una breve intervención de Segura, Tomaghello llevó adelante la asamblea que pasó a un cuarto intermedio hasta el 11 de julio junto al presidente de Gimnasia, Daniel Onofri, quien ofició de secretario.
El ex titular de Argentinos, quien asumió el mando de AFA tras la muerte de Grondona en julio de 2014, intentó prolongar su mandato en las fallidas elecciones de diciembre de 2015, cuando la votación entregó un insólito empate en 38, cuando eran 75 asambleistas.
Fue aquella, quizás, su última esperanza de permanecer al frente de la casa madre del fútbol argentino, porque luego bajó su candidatura para las elecciones del 30 de junio, que tampoco se realizaron.