Independiente se transformó en el cuarto grande de AFA que sufrió un descenso a la B Nacional, sobre la que sólo Boca Juniors puede arrogarse el mérito de no haberla visitado nunca.
El Rojo de Avellaneda soporta la condena a la B exactamente 30 años más tarde que su máximo rival, Racing, segundo en perder la categoría después de San Lorenzo.
Aquella temporada del ‘83, en la que la Acadé bajó tras perder en el Cilindro con su homónimo de Córdoba, fue soñada para el Rojo, porque se consagró campeón del Metropolitano con Jorge Olguín, Mario Villaverde, Néstor Clausen, Claudio Marangoni, Ricardo Bochini y Jorge Burruchaga, entre otras figuras. Dos años antes, el Ciclón había sido el primer grande en dejar la Primera División cuando perdió con Argentinos.
Pasaron 28 años del fracaso futbolístico de Racing para que otro grande descendiera. Y le tocó a River Plate lo impensado. Mucho más fresco en la memoria colectiva esta ese recuerdo de la fría tarde del 26 de junio de 2011 cuando Belgrano de Córdoba definió a su favor en el Monumental una dramática serie de promoción.
Apenas dos temporadas después, el fútbol argentino vuelve a confirmar que no hay intocables con la caída de otro gigante, plagado de gloria en sus 108 años e íntimamente ligado a la familia Grondona.