Un recorrido por San Martín permite notar que no todos han tomado en serio una cuarentena que es obligatoria. Personas hablando en las esquinas mientras toman una cerveza, niños en la calle jugando al fútbol, mujeres compartiendo novedades… Para ellos la vida sigue igual. Con un solo y fundamental detalle: la vida no es la misma ni es la normal. El coronavirus nos cambió y quien no entienda esto se expone seriamente a las peores consecuencias.
En las redes sociales vecinos, profesionales de la salud y empresarios se quejan. Son los que sí están en casa. De la zona Este el peor escenario lo tiene San Martín. Sin embargo, y en menor medida, se vive lo mismo en Rivadavia, Junín, La Paz y en los distritos que residen en esta parte de Mendoza.
Están en la calle como si nada pasara, pero algo sí pasa… Y juegan al gato y al ratón con la policía. Buscan caminos alternativos para escapar de los controles. Inventan excusas. Salen ya no porque deben buscar alimentos, remedios o asistir a alguien. Pasean porque están cansados… Se equivocan profundamente. Ni ellos son el ratón ni la policía es el gato. Un monstruo acecha y los oficiales sólo intentan prevenir a esas personas que no quieren escuchar.
Dicen: "Por mi barrio no pasa la policía con el megáfono. ¿Pueden creerlo?", a modo de denuncia. ¿Hace falta que la policía les grite a todo pulmón que si no cumplen con la cuarentena están en peligro. ¿Tan poco valor tienen sus vidas o las de sus hijos? Que están cansados del encierro, que los chicos tienen que jugar a algo... Jueguen ustedes con ellos adentro de la casa para que durante muchos años puedan jugar al fútbol afuera.
¿Qué clase de soberbia les hace creer que no se van a contagiar? No sirve de nada el ejemplo de Estados Unidos, Italia, España o China? ¿No nos han ensañado nada las casi 30 mil muertes que se acumulan en el mundo? Aseguran: “pero hay enfermedades que se cobran más vidas”. Seguramente, pero ésta no tiene remedio o vacuna. No se sabe aún cómo tratarla y expone al sistema sanitario a una situación que, de desbordarse, es casi imposible de manejar.
¿Tan poco valen sus vidas habitantes de la Zona Este? "Estuve caminando por San Martín, Junín y Rivadavia y se los dije a todos: la policía no puede estar detrás de cada vecino. Hay mucha gente que va al cajero, a la farmacia y al supermercado. Pero también hay gente que sale sin necesidad. O personas que hacen 15 kilómetros para comprar en un supermercado. Hay que comprar en el almacén del barrio. No movilizarse tanto", detalló Roberto Acosta, Comisario Inspector y Jefe Distrital.
El mismo policía que hace cuatro días no puede ni dormir ni ver a su familia porque, junto a toda su gente, tiene que andar por la calle pidiendo a los que se niegan a escuchar que por favor se metan en sus casas. ¿Tan poco valen sus vidas? Entre ayer y hoy se imputaron a 80 personas y se retuvieron 103 vehículos. El 50 por ciento de los casos fue en San Martín. Éstas cifras son sólo de un día y medio.
Cierren sus puertas, no tengan miedo, tengan respeto. La vida de un niño, de un adulto y de un anciano vale mucho más que un ratito al aire libre. Cuiden a los suyos. No esperen al megáfono que les avisa. Hay coronavirus en el mundo. En Mendoza también. ¿Hace falta esperar que toque a la puerta de un ser querido para entenderlo?