Estas dos tendencias, entre otras, están cambiando el modo en que se empiezan a pensar, diseñar y construir las viviendas.
Son las viviendas saludables las que hoy están en el centro de la escena. En este contexto, los materiales de construcción han evolucionado mucho en las últimas décadas, teniendo como foco el proteger la salud de las personas que viven dentro del hogar. Los muros, las cubiertas y los pisos de las viviendas son la principal interfase en nuestra relación con el ambiente exterior. Son la tercera piel, que es la envolvente y la que debe garantizar nuestro confort dentro del hogar, así como lo hace la segunda piel, que es la ropa, y nos protege cuando estamos a la intemperie. Esta tercera piel es fundamental para tener una casa o edificio saludable.
La utilización de aislación térmica eficiente, con materiales como el EPS (Poliestireno Expandido), la lana de vidrio y el poliuretano, genera beneficios en tres aspectos centrales. El primero de ellos es el de la salud y el confort. “Los aislantes térmicos eficientes colaboran en la mejora de la calidad de los ambientes interiores de las viviendas en beneficio de la salud, el confort y el descanso de los habitantes. Las aislaciones térmicas eficientes evitan las condensaciones superficiales en muros y cubiertas que causan la humedad y la aparición de moho en rincones, cerca de ventanas o detrás de muebles, sin tener ningún tipo de componente contaminante”, explica Javier Maltz, Presidente de ANDIMA (Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes).
Problemas de salud que se evitan con la aislación térmica eficiente
Para lograr óptimos niveles de confort dentro de los ambientes de una vivienda se requieren diversas estrategias. Por un lado, están las pasivas, que no requieren energía, y por otro las activas, que sí la requieren. “Dentro de las estrategias pasivas, la aislación térmica eficiente cumple un rol clave para garantizar estos niveles de confort en los hogares, aislándonos del clima exterior, garantizando el mínimo uso de energía de climatización o refrigeración y mejorando nuestra salud, permitiendo, a partir de una cuidada superposición de diversas capas combinadas -cada una con una función en particular- proteger a las viviendas y sus usuarios del frío, el calor y la lluvia-”, agrega Maltz.
En este sentido, la aislación térmica eficiente de las casas y los edificios evitaría dos de los mayores males que estas edificaciones pueden tener: la humedad y la condensación del aire. Los principales problemas de salud que la aislación térmica eficiente puede evitar son:
- Problemas respiratorios
- Irritación de mucosa
- Afecciones cutáneas
- Sequedad
- Afonía
- Dolores de cabeza
La principal característica de los materiales aislantes térmicos eficientes es su bajo peso y densidad, y su composición, que en conjunto actúan como aislantes de la temperatura en invierno y en verano.
Estos materiales aislantes térmicos eficientes utilizados en bajos espesores –en el orden de 3 a 4 centímetros en paredes y 7 u 8 centímetros en cubiertas con las actuales normas en vigencia- cumplen con la función aislante en forma muy eficaz por su bajo coeficiente de conductividad térmica (o alta resistencia térmica), propiedad que impide el paso de la temperatura. La utilización de estos materiales aislantes eficientes en cualquier tipo de construcción, son sin duda los que realmente cuidan la salud de las personas que viven en los hogares, ya que previenen de manera más eficiente la condensación del aire y la aparición de humedad.
Si hablamos de lo ambiental, otros de los aspectos a destacar, el principal beneficio de la utilización de la aislación térmica eficiente en las construcciones son las menores emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que es el principal responsable del cambio climático, por el ahorro en el consumo de energía para climatización. Maltz hace hincapié en que “en la Argentina existe un enorme campo de acción para aplicar estos materiales de construcción como una manera de colaborar además en la solución de la crisis energética y contribuir a los objetivos fijados por nuestro país en el acuerdo de París y en la Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático”.
Además de los temas de salud y medioambientales, la aislación térmica eficiente genera beneficios económicos, porque permiten ahorrar hasta un 35% en el consumo de energía y hasta un 70% en las facturas sobre la luz y el gas consumidos para climatizar un hogar.