Cuando nada alcanza: depresión y angustia, síntomas de la época actual

Los especialistas Soledad Bermejo y Oscar D’Angelo dieron sus puntos de vista acerca de ésta temática que sufre gran parte de la población.

Cuando nada alcanza: depresión y angustia, síntomas de la época actual
Cuando nada alcanza: depresión y angustia, síntomas de la época actual

Aunque a veces no nos demos cuenta, vivimos en una sociedad muy consumista y en base a ello podemos decir que estamos constantemente en el empuje de intentar lograr objetivos que nos lleven al éxito, probar las enésimas herramientas para mantener la eterna juventud e incluso confundir, a veces, que la felicidad pasa por el consumo y obtención de diferentes objetos materiales, dejando de lado ciertas cosas más importantes.

Muchas veces debido a no poder conseguir lo planteado pasamos por distintos estados emocionales como estrés, tristeza, ansiedad o angustia. Estos estados pueden ser temporales. Pero la falta de felicidad en nosotros nos puede llevar a un camino con difícil retorno: la depresión.

Un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que la 'depresión' es una enfermedad frecuente en todo el mundo y se calcula que afecta a más de 300  millones de personas, considerándose así como la principal causa mundial de discapacidad. Esta patología es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana.

Las personas que han pasado por circunstancias vitales desfavorables como el desempleo, el luto, o traumatismos psicológicos tienen más probabilidades de sufrir depresión. Esta afección, según nos indica la OMS puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración y de una intensidad moderada a grave, además puede causar gran sufrimiento, así como también alterar las actividades laborales, escolares y/o familiares.

La depresión no es algo que llega de la nada y se va por sí solo, es por ello que debemos dejar de tratarla como un tema tabú, y darle la importancia que requiere. Para ello, la persona afectada necesita de ayuda profesional. Los Andes consultó a especialistas en la materia, para que nos brindasen los puntos de vista tanto desde la mirada de la psicología como desde la psiquiatría.

"Para hablar de 'depresión', desde la perspectiva psicoanalítica no hay una respuesta única atribuible a causas determinadas unánimes, sino que se trata del uno por uno, de atender a la singularidad del sujeto sufriente que se da su propia respuesta a la tristeza que lo embarga", explicó Soledad Bermejo, Licenciada en Psicología - Psicoanalista. (*)

Además, la especialista explicó que etimológicamente la palabra 'depresión' deriva del latín "depressus" que significa "abatimiento" o "derribado"; en esta línea, podemos decir que se trata de la confrontación del sujeto con la falta de Deseo, un síntoma que da cuenta del malestar en la cultura.

Y agrega: "En tiempos de discurso Capitalista, donde el empuje a responder al imperativo de goce sostenido en la valoración del éxito, la eterna juventud y la felicidad como sinónimo de consumo de objetos, el “abatimiento” deviene producto de no poder responder al ideal del discurso de la época, instalándose tal como escuchamos en la clínica a modo de vacío interior, desgano, opresión en el pecho, desazón, aburrimiento; en fin, un malestar singular hasta entonces sin nombre que da cuenta de lo indecible y que deberá ir descifrándose en el devenir de un Análisis para poder circunscribir y acotar su sufrimiento".

Depresión y angustia

El médico psiquiatra Oscar D'Angelo (*), explicó que la angustia y la depresión son cosas diferentes aunque se encuentren relacionadas.

"La angustia es un síntoma, una señal, una manifestación emocional, una expresión consciente de algo inconsciente. Es una manifestacion visible de causas no siempre visibles, una amenaza, un desasosiego, un lenguaje a decodificar", detalló Oscar

Su nombre deriva de "angst", que significa angosto o en angostamiento, expresando así la existencia relacionada con una contractura de los músculos tanto de la garganta, como del tórax o del estómago.

Esta manifestación emocional es bastante física, y es por eso que a veces sentimos el famoso "nudo" en la garganta, la opresión en el pecho junto a la dificultad para respirar o ese dolor fijo en la boca del estómago. La presencia de ese signo emocional muchas veces habla de alguna pérdida, duelo, temor a perder algo, reproche por haber perdido cosas, abstracciones o proyectos.

D'Angelo continuó explicando la diferencia y nos detalló que en cambio se llama 'depresión o trastorno depresivo' a un estado emocional con descenso del humor, inhibición, tristeza y fatiga psíquica. En definitiva a un Trastorno Psíquico, que aumenta su incidencia en nuestra época.

Signos de depresión

Para la psiquiatría clásica una persona padece depresión cuando se pueden comprobar signos tales como: abulia (falta de voluntad), astenia (agotamiento, fiaca), angustia (ganas de llorar, opresión en el pecho, etc), anhedonia (desinterés por las cosas cotidianas) y ansiedad o inhibición (aceleración o paralización de la actividad psíquica).

Estos conceptos fueron modificándose con el tiempo, pero en términos generales la clínica psiquiátrica siempre tuvo estos parámetros para realizar el diagnóstico de depresión.

¿Cómo se trata esta afección?

Tanto en la psiquiatría como en la psicología, están de acuerdo en que no hay un tratamiento único o específico, ya que cada persona tiene un diagnóstico diferente de acuerdo a lo que a cada uno le acontece, es por ello que las respuestas se construyen caso por caso, uno por uno.

Por eso, detalló D’Angelo que el sujeto trata, mediante su depresión, situarse en relación a su propio deseo y a su propio goce, relacionándose con su saber inconsciente, que sólo es develado en un proceso terapéutico, mediante la palabra. A esta tarea se le llama: “búsqueda de la causalidad psíquica”

Y agregó: “Una persona con depresión puede recurrir a un tratamiento médico psiquiátrico cuando lo desee, cuando crea que necesite la intervención médica por que el sufrimiento le es insoportable”

El psiquiatra terminó sus palabras diciendo: "Esto no invalida un tratamiento psicoterapéutico o psicoanalítico realizado por un médico o psicólogo formados para tal fin, sino que se puede realizar de manera paralela o a posteriori del tratamiento psiquiátrico y/o psicofarmacológico".

Además Oscar especificó que los tratamientos psicofarmacológicos no son para toda la vida, generalmente se usan hasta la disminución o desaparición de los síntomas antes mencionados y luego se reducen gradualmente.

En tanto, Soledad explicó que en el psicoanálisis se apela a la responsabilidad del sujeto sostenido en la ética del deseo, lo cual lo conlleva a la capacidad de elegir y hacerse cargo de aquello que lo aqueja.

Por lo tanto la dirección de la cura dentro del psicoanálisis, apuntará mediante la rectificación subjetiva, a pasar de la queja y del afecto depresivo propio, a la construcción del síntoma analítico que le permitirá abrir la pregunta sobre la causa y el beneficio del síntoma.

La licenciada Bermejo explicó: "Un sujeto que atraviesa un Análisis, confronta una y otra vez con su síntoma incurable precisamente porque el mismo deviene de la estructura fundante que lo habita. Saber hacer con ello, conlleva a una operación de inversión y ganancia, cambio de posición mediante, que posibilita salir del campo de sufrimiento para convertirse en la clave de un saber que le permita asumirse como un sujeto capaz de disfrutar del acto de vivir, con todas las vicisitudes que ello implica; para que al menos algo, alcance".

(*) Soledad Bermejo, Licenciada en Psicología, Mat. 2996 - Psicoanalista; Miembro de los Foros del Campo Lacaniano. Arquitecta.

(*) Dr. Oscar D'Angelo, Médico Psiquiatra. Mat. 2316.

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