Desde su primera aparición en el ruedo nacional en 1974, Mendoza había conseguido nueve veces llegar a una la final y nunca había podido levantar la copa, saltar de alegría y dar la vuelta olímpica.
El hechizo deportivo se rompería en la ultima semana de noviembre de 1994, en la edición XXVIII, cuando el equipo mayor de la mano de Alfredo Castro se consagraría por primera vez y pasara a ocupar un lugar en el exquisito círculo de los campeones argentinos de selecciones, donde sólo estaban Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
En ese momento el equipo bicolor de la Asociación Amateur de Hockey sobre Césped entraría al "Salón de la fama" y cimentaba las bases de una escuela que se convertiría en una potencia del deporte a nivel argentino.
La génesis hacia al Olimpo
A fines de setiembre de 1989 un grupo de jovencitas mendocinas ganaron su primer título de selecciones juveniles. Era la primera vez de un seleccionado de Mendoza en un Argentino. “Fue el primer titulo que consiguió Mendoza con un seleccionado”, apunta la delantera Pamela Forti integrante de ese equipo. En esa ocasión, Mendoza venció por la cuenta mínima a Rosario con gol de la ex delantera de Andino en la ciudad de Posadas.
Años después, Una buena parte de esa formación sería noticia a principios de setiembre de 1994, en la ciudad de Rosario, cuando Mendoza intervino en el primer torneo Abierto de la historia en la categoría juniors o U-21.
“Jugábamos por primera vez todas las asociaciones. Este torneo fue increíble, le ganamos la final a Litoral y fue un partido muy duro”, recordó Viviana Epis integrante de ese plantel.
El camino para ser potencia
Luego de varios meses de preparación, quedó el equipo constituido. La delegación salió el martes 23 de noviembre, esta vez de tarde, porque Mar del Plata sede del torneo de 1994 está más lejos y siempre se trata de llegar de mañana, porque a media tarde se prueba la cancha, este es un ritual deportivo que se aplica hasta en la actualidad.
“Algo para destacar era que los partido serían en césped natural. En Mendoza teníamos muy pocas canchas, porque ya usábamos de polvo de ladrillo. Tuvimos, que entrenar en un césped que nos prestaron y cuando llegamos a Mar del Plata probamos la cancha de Universitario.
En ese momento, nos dimos cuenta que había que cambiar la forma de jugar, que sería de contra y nada de toque y toque como estábamos acostumbrados, y ser directas en el ataque”, comentó Fabiana Epis.
Llegó el gran día, el jueves 24 de noviembre de 1994 a las 9.20 en punto Mendoza y el local Mar del Plata empezaron su participación en el Argentino de mayores.
El equipo “castrista” se impuso al dueño de casa por 2-0. ¿Goles? el primer un córner corto en ataque de Fabiana Epis y un "palo" de la juvenil Pamela Forti, que desvió un tiro de la genial Mariela Ubriaco.
"Generalmente me pongo nerviosa pero esta vez estaba muy segura. Y cuando terminó el partido yo sentí que a las chicas les debía algo por lo bien que habían jugado." Mariana Mayer .
El viernes 25 de noviembre tocó la jornada complicada. Generalmente el segundo día de competencia, es el más complejo. Ese día, Mendoza salió mas tarde a la cancha, fue programado 10.30, le tocó contra Paraná. El equipo tuvo una contundencia espectacular porque ganó con dos goles de Pamela Forti, uno de de Fabiana Epis y otro de Mariela Ubriaco: 4 a 0.
En la misma jornada, en el segundo turno, a las 17, llegó uno de los partidos complejos frente a la selección de la Federación Cordobesa, las nuestras después de jugar un partido ordenado derrotaron por 1-0. “Fue un córner corto mío, lo tiré con el alma”, apuntó fabiana Epis.
Los sábados son los días de semifinales y de cruces tanto por la ronda campeonato, como por la de descenso.
A Mendoza le tocó cruzarse con el segundo posicionado de la Zona “A”: Litoral (Rosario), un equipo que era una de las potencias argentinas.
El choque fue a las 11.40, “Faltaban quince minutos para la final y otra vez no erré en el corto en ataque”, se emociona por enésima vez Fabiana Epis.
Domingo de finales
En todo Argentino de selecciones en general y el de mayores en particular, el domingo es el día decisivo, porque todos luchan por algo, unos por levantar la copa y otros por no descender. La final fue pautada para las 17. El partido lo dominó Mendoza, no hicieron goles y todo tuvo que dirimirse por penales.
“Lo vivimos con una gran emoción, porque fue el primer titulo que ganó Mendoza en damas mayores. Era un plantel con jugadoras de varios clubes y fue complicado elegir el equipo final., lo preparamos mucho junto a mi amigo Daniel Ochoa, gran preparador físico. Jugamos una final con Buenos Aires, que tenía un montón de jugadoras de selección argentina, que en el año 1993 había salido campeona del mundo junior y que en ese mismo año salió subcampeona mundial en adultos, habían muchas jugadoras muy buenas como Pachu Ferrari, entre otras destacadas. Empatamos el partido. La arquera nuestra se atajó todo y fuimos a penales y fue figura, era una excelente arquera Mariana Mayer", cuenta el técnico de ese equipo Alfredo Castro.
"Un equipo que piensa, que se complementó bien como grupo y que por la fuerza, por las ganas y el corazón llegó a la final y la ganó. Sin dudas este triunfo es un premio al esfuerzo de nosotras, los técnicos y Mendoza." Marcela Morales.
Luego apuntó: "Destaco el espíritu de sacrificio y y la cabeza fría para pensar. Las chicas entrenaban todos los días, inclusive los domingos a las 8 de la mañana".
“Lo importante fue el trabajo en el córner corto tanto en ataque y en defensa. En los entrenamientos previos se trabajó mucho. En ataque pegaba Vivi y Fabi Epis y así se cansaron de hacer goles y en defensa Mariela Ubriaco era la picadora, también destacaba por su velocidad, tenía que interponerse entre el arco y el tirador contrario: las hermanas Epis se destacaban en esta jugada también. La arquera Mayer era muy buena y la verdad que se preparó mucho la jugada fija. Era un grupo compacto, muy unido. Es uno de los capítulos importantes de mi vida deportiva. Fue emocionante, sobre todo la final que fue muy dura”, apuntó Julio Gómez ayudante de campo del equipo.