Es increíble la calidez que puede adquirir un espacio decorado a base de carteles bien diseñados. Un buen ejemplo es The Belle Isle, un café, bar y restaurante con dos locales distintos en dos ciudades de la costa sur del Reino Unido, en Southsea y en Chichester. El diseñador Paul Taylor ha hecho aquí un trabajo sensacional, que engloba no sólo los menús, los flyers y el cartel de la entrada, sino que el grafismo engloba la totalidad del local, desde las paredes hasta las puertas, pasando por todos y cada uno de los objetos: vajillas, botellas…
No hay demsiados secretos sino una acertada combinación de letras, colores y algunos pocos dibujos, pero el conjunto dota al local de una inigualable personalidad. Eso, unido a una base en madera convenientemente tratada y una cuidadosa selección del mobiliario hacen el resto.
Aunque lo fundamental son los carteles, que inundan las paredes en un perfecto equilibrio para no producir sensación de exceso ni de agobio. Uno puede entretenerse consultando el menú en la pared hasta terminar con la sensación de estar disfrutando de una pieza de arte y casi olvidarse del hambre, si no fuera por lo atractivo que resultan los platos.
Lo mismo sucede en la pared tras el mostrador, una combinación de puertas de madera y estantes que conforman un singular y divertido mosaico.
Lo mejor es que aquí se ha cuidado cada detalle, y hasta las botellas tienen su etiqueta acorde con el decorado del local.