Un ámbito en el cual cada integrante logre desplegar sus habilidades y concrete sus proyectos como un ser integral; una oportunidad de desempeñarse de manera plena para dar lo mejor de sí en su propio trabajo.
Altos mandos que valoren los logros obtenidos por los empleados y lo hagan saber desde un sano reconocimiento que fomente en definitiva, una motivación duradera y genuina. De esto se trata justamente, lo que los expertos en economía, psicología y relaciones públicas llaman "Conciencia Empresaria".
Con esos parámetros como base, este nuevo modelo ha establecido una serie de pautas acerca de cómo debe accionar una empresa que busca un balance positivo a corto y largo plazo. Se trata de un nuevo paradigma forjado a nivel mundial en los últimos años, que ya se coló entre los teóricos mendocinos y que apunta a privilegiar los valores dentro del ámbito laboral por encima de todo.
A partir de allí, la lógica de esta conciencia empresaria generaría un "efecto expansivo" desde adentro hacia afuera de una organización, que más tarde repercutirá en todos los ámbitos de la vida social. Desde esta perspectiva, el concepto aparece matizado con algunos condimentos que lo diferencian de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y de hecho, lo vuelven más completo que esta última.
"La RSE es la capacidad que tiene una organización para devolver a la sociedad lo que toma de ella, en tanto que las Empresas Conscientes son aquellas que se focalizan en el adentro, es decir, que hacen todo lo posible para que sus empleados se sientan bien con su trabajo y se desempeñen en un ambiente motivador, de armonía y con posibilidades de superación", aseguró María Eugenia Salinas, directora de Relaciones Institucionales de la UNCuyo, especializada en administración y gerencia.
Ocurre que son justamente ellos, los integrantes de una determinada empresa, las personas que conforman el motor de ésta, de acuerdo al concepto que fue acuñado por el experto en economía, conocido a nivel mundial, el argentino Fredy Kofman.
"Una empresa consciente -define Kofman en sus libros y conferencias- promueve la paz y la felicidad en los individuos, el respeto y la solidaridad en la comunidad y el cumplimento de la misión de una organización".
En términos sencillos, vale decir por ejemplo, que mientras que una empresa que tiene RSE hace lo posible por lograr tareas solidarias con un grupo determinado de la comunidad o demuestra su compromiso con el medio ambiente por medio de la mitigación de elementos tóxicos generados por ella misma, aquella que es consciente, comienza primero por revalorizar a sus empleados y a la par establece vínculos de compromiso con la sociedad y la cultura del contexto en el cual se despliega.
Ahora bien. Tomando como referencia la importancia del reconocimiento de los individuos como seres integrales dentro de las organizaciones, hay que decir que en nuestra provincia aún queda un largo camino por recorrer para llegar a la situación ideal. Ocurre que si bien dentro del mundo empresarial ha habido avances en materia de compromiso (el ambiental es uno, en algunos casos), los empleadores todavía tienen una deuda pendiente respecto de la gestión de los talentos a nivel emocional.
"Si se logra una mayor conciencia, hay un crecimiento duradero y sustentable. Hay coherencia entre el respeto de los valores y lo objetivos que se quieren lograr", explicó Salinas y agregó que mientras mayor es el grado de satisfacción de los empleados dentro de una determinada empresa, mejor será su desempeño, compromiso y rendimiento.
El balance por parte de los empleados de diferentes ámbitos y rubros, profesionales y no, es negativo en lo referente a la mentalidad que aún se mantiene dentro del mundo empresarial mendocino. Pablo (42), es uno de ellos. Desde hace años, este contador se desempeña en una conocida firma del medio y asegura que aún hay aspectos fundamentales por parte de sus empleadores que deben ser resueltos.
"Trabajo en una empresa que no sólo no reconoce la remuneración adecuada para sus empleados, sino que además no busca alternativas para generar ese sentido de pertenencia que tanto necesitan ambas partes para que el trabajo rinda sus frutos", confesó y agregó: "Me parece fundamental que temas como la revalorización del personal y el compromiso con la sociedad comiencen a discutirse en Mendoza".
Cambio de paradigma
Para el empresario local y ex director de Valos (entidad dedicada a fomentar la RSE y la conciencia empresaria), Fernando Barbera, en los últimos años la tendencia, al menos en términos teóricos, ha sido modificar los paradigmas que las organizaciones supieron mantener durante largos años. "Se pasó de un concepto centrado en la competencia y el lucro a uno que apunta al cuidado de las personas y el medio", opinó.
En base a su experiencia, Barbera prefirió hablar de una asociación entre los conceptos de RSE y Conciencia Empresaria: "Mientras más conforme está la gente que trabaje en una empresa, mayor será el compromiso a nivel social, ambiental y económico", sintetizó.