Las elecciones municipales del domingo en cuatro departamentos dejaron como uno de los hechos más destacados de esa jornada el triunfo del médico Raúl Rufeil en San Martín. Ese resultado, que favoreció al candidato del oficialismo provincial, derrumbó las expectativas de una nueva reelección del intendente justicialista Jorge Omar Giménez, que lleva varios períodos a cargo de la comuna del Este.
No tiene ningún sentido analizar o ponderar en este artículo las cualidades de uno u otro político. Lo importante es señalar que el resultado electoral en San Martín da paso a una alternancia democrática que no siempre se puede lograr en el ámbito departamental por la vigencia de vicios del sistema que inducen al apego a la función pública.
¿Por qué esta reflexión? Se debe tener presente que hace poco tiempo, un fallo de la Suprema Corte de Justicia de nuestra provincia avaló por mayoría un decreto del gobernador Cornejo reglamentando una enmienda constitucional que puso punto final a las reelecciones indefinidas de los intendentes. Además, determinó que los jefes departamentales pueden aspirar a una sola reelección simultánea. Solamente habilitó por única vez el máximo tribunal la posibilidad de una nueva reelección en los departamentos de San Martín, San Rafael, Tunuyán y Lavalle porque dichos procesos electorales se encontraban avanzados en virtud del desdoblamiento dispuesto en esas comunas con respecto al resto de la provincia.
El resultado del domingo en San Martín pone de manifiesto que la ciudadanía compara ofertas electorales y no se aferra solamente a estilos de administración basados fundamentalmente en una continuidad dada por los años. Mérito, además, de quien supo generar expectativas de cambio a través de sus propuestas electorales y sus antecedentes personales, profesionales y políticos. No ocurrió lo mismo en los tres restantes departamentos donde se votó en esta oportunidad; en ellos fue ratificada en forma contundente la continuidad de intendentes afianzados en sus cargos desde hace años posiblemente por baja expectativa de las propuestas que se presentaron para confrontar políticamente con ellos. La nueva gestión que los reelectos jefes departamentales de Tunuyán, Lavalle y San Rafael será la última, sin reparos, según lo determinado por la Corte a partir de la vigencia de la enmienda que frenó el re-reeleccionismo.
Por ello otro dato significativo del resultado de San Martín es que premia a aquellos sectores que bregaron durante mucho tiempo para que se pusiera algún tipo de limitación al abuso de continuidad en un cargo puesto de manifiesto principalmente en la figura política del intendente.
Volviendo a la citada resolución de la Suprema Corte que permitió poner razonabilidad al tema de las reelecciones de intendentes, hay que recordar, también, que destrabó un mecanismo sujeto a una cláusula de la Carta Magna provincial que fijaba una singular rigidez para poder viabilizar una eventual reforma constitucional amplia, que desde muchos ámbitos académicos y profesionales de la provincia se reclamó insistentemente durante largo tiempo. Se trata de un aspecto de mucha cuantía. Fue como una suerte de excepcionalidad tendiente a poner equidad y equilibrio, porque las reelecciones indefinidas en los territorios municipales confrontaban con el impedimento para que el Gobernador de turno pueda pretender un nuevo período al frente de la Provincia.
Justamente, esa disposición que limitó cualquier ambición política al mando de la Provincia ha hecho de Mendoza durante muchos años un ejemplo por su celoso cuidado de la calidad institucional. Es obligación de la dirigencia política y los constitucionalistas garantizar esa cualidad.
