“La verdad es que nunca apostamos a la Copa, por eso dejé muchos jugadores en Mendoza; pensamos en el campeonato. El partido del domingo es durísimo, y tuve que guardar a los jugadores titulares”. Las palabras de Daniel Oldrá sonaron fuerte en el Juan Domingo Perón.
¿Qué pensará ahora que AFA suspendió la fecha por la muerte del futbolista Emanuel Ortega? Con más razón, más allá de que se escribe con el diario del “lunes”, de ninguna manera Godoy Cruz tenía la necesidad de poner suplentes. Seguramente, el DT seguirá cuestionándose haber hecho en un duelo frente a un limitado equipo de la B Metropolitana, donde el equipo que armó no respondió nunca.
Por cuarta vez desde que el Tomba juega en Primera División, Daniel Oldrá asumió la conducción interina (fue el lunes 3 de noviembre de 2014). “Mi intención no es quedarme como técnico, me vaya como me vaya. Yo dejé de lado mi profesión por estar al lado del club y de los dirigentes, por eso quiero seguir en lo mismo. Para mí no es grato ser técnico, por eso le pedí a los dirigentes que respeten mi palabra”, contaba aquella vez.
Ya pasaron poco más de seis meses desde que volvió a ponerse el buzo de DT tras la despedida de Carlos Mayor.
Oldrá afrontaba así su cuarto interinato desde que Godoy Cruz juega en Primera División. En los anteriores sucedió a Diego Martín Cocca, en 2009, y a Nery Alberto Pumpido y Omar Andrés Asad -el segundo ciclo-, respectivamente, durante 2012.
Mucho antes del segundo ascenso a Primera División, que llegó justamente de la mano de Daniel Oldrá en la temporada 2007/2008, hubo otros tres procesos oficiales del Gato al frente del equipo.
La primera fue en 2003. El Gato dirigió los 19 encuentros de aquel torneo Apertura de la B Nacional y a principios de 2004, tras dirigir al equipo en los tres primeros encuentros del Clausura 2004, presentó la renuncia y fue reemplazado por la dupla Cosme Zaccanti-Luis Sosa. Así, el Gato volvió a su trabajo en las divisiones menores del club.
En el 2005, Oldrá fue DT interino en la caída del Tomba ante Talleres, en el Chateau Carreras, previo a la llegada de Juan Manuel Llop, de quien fue ayudante de campo en el primer ascenso a Primera, en la temporada 2005/2006.
El 8 de noviembre de 2007 reemplazó al Sergio Batista, quien recibió un llamado para coordinar las selecciones juveniles nacionales. Oldrá asumió en la fecha 14, otra vez ante Talleres (C) y condujo al equipo al segundo ascenso a Primera División.
Contando esos tres partidos como DT interino y los 12 que dirigió en el torneo Apertura 2008 -tras el segundo ascenso de Godoy a Primera- sus números como DT en Primera División no llegaban ni siquiera a ser discretos. Apenas 15 puntos en 15 juegos denotaban una escasa efectividad del 33,33 %.
Sin embargo, tras hacer retoques en la formación del equipo, en las últimas cinco fechas del torneo de Transición 2014, levantó y Jaime Ayoví apareció en su máxima expresión: triunfo (4-3) vs. Atlético en Rafaela, empate (1-1) vs. Estudiantes y goleada histórica (4-1) vs. Vélez. Los últimos dos juegos fueron pasos en falso: derrota (0-3) vs. Olimpo y caída (0-1) vs. Racing, el día que la Academia gritó campeón.
La historia posterior es conocida. Cuando parecía que la dirigencia optaría por contratar a Pablo Lavallén (trabajando en la Reserva de River), José Mansur hizo un trabajo fino para persuadir al entrenador y, según contó luego el propio Gato, no le quedó otra que aceptar.
“Sentí que tenía dos opciones. O me quedaba en el club como técnico o me iba. Mansur ya había decidido y no quería fallarle. O agarraba o me iba”, contó en una charla íntima con Más Deportes.
La realidad, tal su condición de hincha e ídolo de Godoy Cruz, indica que Oldrá está sufriendo demasiado cada partido. Se nota. No está disfrutando la actualidad del equipo. Perder le duele más que a nadie, a pesar de que Mansur lo bancó, lo banca y lo seguirá bancando.
“El día de mañana que no quiera estar más en Godoy Cruz, voy a ser el primero en irme. Y también soy consciente de que el día que yo no le sirva al club y me tengan que pegar una patada en el c… me la van a pegar. La espalda es relativa. En las veces anteriores que me tocó dirigir, cuando vi que la cosa no iba supe decir hasta aquí llego. Hubiese sido egoísta de mi parte. No puedo hipotecar mi casa”, confesaba en los primeros días de 2015.
Sigue pensando igual. Quienes lo conocen saben que no es una persona de doble discurso. Hace las cosas de la manera que las siente. Por eso, más allá de los laureles que supo conseguir para engrandecer al Tomba, hoy se siente en deuda con el club. ¿Dará un paso al costado en caso de un mal resultado en el próximo partido? Difícil saberlo. El parate traerá algo de oxígeno.
De todas maneras, es una hipótesis imposible de descartar. De hecho, hace dos semanas lo tenía decidido: si el equipo perdía frente a Sarmiento de Junín en Mendoza, daría un paso al costado. Finalmente, el Tomba ganó con gol de La Yoya Ayoví. Fue aquella noche en que cumplía años su mamá y él se emocionó hasta las lágrimas. No era para menos. Por Godoy Cruz, el Gato es capaz de dejar sus siete vidas.